lunes, 25 de octubre de 2010

MARIA VICTORIA MOLINS: "SOY UNA MUJER FELIZ. ENAMORADA DE DIOS Y DE LA VIDA"

Para este blog hoy es un día singular. Desde León hemos viajado en avión, clase turista - ya que no nos permitían entre las maletas - a Barcelona. Desde allí en metro hasta el Barrio del Raval, famoso por su pobreza y su contínua conflictividad. Allí en el corazón de sus plazas de cien razas y sus calles estrechas de miseria vive María Victoria Molins, una mujer grande y valiosa, que junto a sus compañeras teresianas de comunidad están haciendo crecer "la capa de ozono".

Viven entre los últimos de los últimos. Las prostitutas, los ex-presidiarios, los inmigrantes, los drogatas, los mendigos....son sus compañeros de camino.


Durante los próximos tress días queremos darles la voz y la palabra y que todas las luces y los mircrófonos se abran para escucharles, para excucharla, acompañada de su propia testimonio gráfico.
 
Aquí va la primera entrega.
 
Soy una mujer feliz. Enamorada de Dios y de la vida”.

1º.- Un par de datos autobiográficos.

74 años, barcelonesa, teresiana desde 1956, Licenciada en Filosofía y Letras, profesora durante muchos años y escritora, durante otros tantos. Conocedora de la exclusión de muchas personas y comprometida con un barrio marginal.


2º.- ¿Quién es Mª. Victoria Molins?.

Una mujer feliz y enamorada de Dios y de la vida.


3º.- ¿Qué hace una mujer como tú siendo “teresiana”?.

Responder a una llamada que sentí en mi juventud a entregarme a Dios y a los hermanos y que ha ido madurando con los años, para cambiar lo que antes era la vida religiosa -una huída del mundo- por una entrega a él, inmersa en la vida de los hombres y mujeres de hoy, con sus alegrías y penas, riquezas y debilidades.


4º.- ¿Qué te llevó al barrio más pobre y conflicto de Barcelona, el Barrio de Raval?.

Acostumbrada a un mundo de bienestar –clase media alta- desde mi infancia y en los colegios en donde me movía, un viaje a Nicaragua fue un revulsivo increíble para mí que cambió mi vida. Al no poder ir al Tercer Mundo, opté por el Cuarto. Y de la pobreza, fui a parar a la marginación, que es otra cosa. Conocí la miseria y el dolor de la delincuencia, por exclusión desde el seno de la familia, y quise dedicarme al “mal ladrón” que del bueno ya se encargan muchos. Con los años logré de mi congregación el que me dejaran fundar una comunidad de inserción en la que estoy viviendo desde hace quince años con tres hermanas más de mi Congregación, la Compañía de Santa Teresa de Jesús.


5º.- ¿Qué te han enseñado las prostitutas con las que has compartido tantas cosas?.

Me han confirmado la enseñanza de Jesús, que “nos precederán en el Reino”. A veces hay tanta bondad y generosidad en ellas, como sufrimiento y mal trato aceptado como una necesidad de su oficio. He conocido una que repartía su dinero con las que tenían “menos éxito” cuando las veía pasar apuros.

6º.- Los drogadictos son tus compañeros de cada día. ¿Qué ves detrás de sus ojos?.

La impotencia. Esa impotencia con la que vivo yo también en muchas ocasiones cuando no puedo ayudar a salir de situaciones límites. ¡Qué historias he conocido y qué de jóvenes he querido con toda mi alma que hoy están ya con el Padre y allí habrán recibido un abrazo mucho más grande que los que yo les daba a menudo! El abrazo del Padre bueno al hijo pródigo que ha pasado tanta hambre lejos del hogar…





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