jueves, 28 de octubre de 2010

APRENDER A LEER EN NUESTRA PROPIA VIDA

Hoy al leer el evangelio nos encontramos con el siguiente texto:

“Esta generación es una generación malvada; pide un signo…”(Lc 11 29_32)

A veces nosotros en la vida diaria pedimos a Dios una señal, un signo.

Pero cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas nos damos cuenta de cuántas veces Dios nos ha enviado signos y nosotros no los hemos visto. La realidad es que en cada momento Dios nos ha llevado de la mano. El gran signo es nuestra propia vida.

En la vida pasamos a veces por momentos de confusión, de oscuridad. Suele ser cuando pedimos un signo. Pero cuando Dios nos vuelve a traer nuevamente “a casa” a la fe, a la Iglesia, entonces nos damos cuenta que Dios no nos debe enviar signos, porque Él es siempre nuestro faro, la señal que hemos de seguir.

Veamos siempre a Jesús como la señal que nos guía, nos ilumina y nos lleva a la casa del Padre.



Huellas

2 comentarios:

  1. tenéis razón, la vida está llena de señales, pero andamos dormidos

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  2. Que bueno que se nos diga que hay que ver los signos, tantos, que se nos van presentando cada día

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