martes, 16 de diciembre de 2014

FIESTA DE NAVIDAD


El domingo pasado día 14, los Equipos de Nuestra Señora de León, en el mejor ambiente, en la Casa de ejercicios de La Virgen del Camino, celebraron –eso fue, fundamentalmente, una celebración festiva-  la fiesta de Navidad. Buena temperatura, la sala llena, los participantes entregados y el mejor invitado –el mismo niño Dios- hicieron que todos los que allí estuvimos celebrásemos, de verdad, la Navidad. Porque si algo teníamos que celebrar es la alegría de saber que Dios nos ama y viene a arroparnos en esta vida donde no siempre hay calor.  

El Equipo Sector hizo gala de sus mejores recursos y desde el primer momento quiso que la cena –de eso se trataba, de cenar, en el amplio sentido de la palabra, material y espiritualmente- fuese abundante, riquísima y compartida.


 Para entrar a esta cena era necesario coger la línea adecuada –es adviento y el metro nos dio varias posibilidades-, y allí estaba su maquinista –Juanma- para ir explicándonos a donde nos llevaba cada línea. Había que hacerlo con cuidado, sin tropezar, sin empujar, pero con el paso firme. Cada línea se las traía, su nombre ya lo indicaba: Primerear, Involucrarse, Acompañar, Fructificar, Festejar. Cinco líneas. Hubo que pensarlo. ¿Cuál era la que quería coger? ¿Cuál era la que llevaba al destino? Hubo viajeros para las cinco.  Y todos nos encontramos en el mismo destino: donde nacía el niño Dios.



Ya todos preparados, los “metres” Viti y Elvira, dieron paso a los distintos cocineros, en forma de equipos, que fueron presentando sus  platos bien elaborados y explicados. Entremeses de lujo pusieron en escena  el equipo sector, que nos hicieron ver qué confuso es el lenguaje cuando se trata de “crear un equipo”: hubo de todo. No sabemos si con tanta variedad algún estómago chirrió.  Y salieron platos y platos en forma de oraciones, presentes, villancicos, representaciones teatrales, hasta San Pedro acudió con su manojo de llaves para ver qué estaba pasando, bailes, ángeles y arcángeles… y hasta los cocineros de todo un equipo se presentaron en el escenario para explicar lo difícil que es compaginar los ingredientes  para hacerlos sabrosos, qué es eso de actuar con caridad, o qué empatizar, por poner solo un ejemplo. Hay veces que vamos por la vida y no nos enteramos de lo que nos traemos entre manos. Menos mal que el Arcangel San Gabriel habló  en directo con Dios y las cosas volvieron a su sitio. No faltaron anécdotas, ni historias al calor de la lumbre ni tampoco la realidad de quien lo está pasando muy mal en forma de enfermedad rara. Todo ello estuvo presente y a través de esa melodía que salía del piano se lo elevamos al mismo Dios.  Y ese Dios a nosotros nos dijo: me gusta veros felices, los Equipos son un tesoro, id con la cara alegre, tenéis motivos para la esperanza.

Así lo vivimos y de esta forma lo contamos.  

Los cronistas





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