domingo, 21 de julio de 2013

ORACIÓN Y ACCIÓN SON INSEPARABLES

Campera Región Noroeste. Villagarcía de Campos 16-6-2013

Domingo XVI Tiempo Ordinario

Evangelio de Lucas 10, 38-42        
  
         En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
         Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
         Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
         — Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
         Pero el Señor le contestó:
         ― Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.

El texto del evangelio, a mi juicio, nos presenta más que dos comportamientos de personas distintas, Marta y María,  dos actitudes que concurren en la misma persona. Y  ambas, lejos de excluirse, se reclaman mutuamente: contemplación es sinónimo de compromiso.

Lo que se reprocha a Marta, en el relato, no es su acción, sino su inquietud, su agitación, su prisa, su insatisfacción. El compromiso sin la contemplación se convierte en activismo, donde el protagonista es la persona que no para.

Y también la contemplación sin compromiso no pasa de ser ensimismamiento narcisista. Puro protagonismo del que se queda solo en la meditación.

En cambio cuando integramos ambos comportamientos estamos dando todo el protagonismo al otro, a través de nuestra propia persona. En la oración, a Dios, En la acción, a los otros.

Por eso me parece a mi que si no integramos ambos comportamientos en la propia vida no tenemos una vida completa. Cuando oramos y actuamos en consecuencia, la vida pasa a ser felicidad porque es expresión de entrega total.

Mi Dios y Señor, cada día
 te alabo, te bendigo, te doy gracias,
me siento satisfecho cuando oro,
contemplarte me enriquece.

Pero, hay más, esa oración
 me compromete
me implica con los demás
me completa

Lo voy entendiendo
Hay veces que quiero ser Marta
Y otras prefiero ser María
Pero solo cuando soy ambas
Me siento feliz.

Gracias a Dios
Gracias a los demás.
 H y MN


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