martes, 27 de septiembre de 2011

JUANJO, HACE BALANCE DE LA JMJ2011: "ALGO MUY GRANDE: ME HAN SORPRENDIDO LAS PERSONAS" (I)



Los días 24 y 25 de junio ya estuvo Juanjo en este blog. Entonces le entrevistamos porque la JMJ2011 estaba llamando a la puerta. Quien quiera releer la entrevista puede pinchar en la etiqueta “Jóvenes y JMJ” y buscarla en los días que indicamos.

Hoy hemos vuelto a hablar con él. La JMJ2011 concluyó hace un mes y medio y Juan José, Delegado Episcopal para los jóvenes, nos hace un balance de esos días intensos. Hoy y mañana lo publicamos.

Juanjo, ¿ya has descansado?

Sí, ya estoy en otras tareas. He tenido oportunidad de disfrutar de unos días con unos buenos amigos: algo de naturaleza, silencio y muchos ratos de charla. Pensé que iba a estar más cansado.

En una frase ¿qué te ha parecido la JMJ 2011?

Algo muy grande; multitud, universalidad, colorido.

¿En qué te ha sorprendido?

En las personas, siempre en las personas: la disponibilidad, el aguante, la alegría… Muchoas aprendizajes. Algunos, de quien menos me esperaba.

Previamente, tuvieron lugar los Días en la Diócesis, ¿cuántas personas acudieron a León?

Eran unos 1300 jóvenes de unos 29 países.

De esas personas ¿nos podrías decir tres o cuatro rasgos comunes?

Jóvenes muy normales, que no marginan la dimensión interior y la fe en sus vidas, gente con un corazón abierto a la relación con los demás y dispuesta a aportar a este mundo algo de sí misma, jóvenes implicados en sus ambientes de estudio, trabajo, amistad…

¿Cuáles eran las razones más comunes para acudir a la JMJ2011 en España?

Sobre todo el deseo de compartir la misma fe con otros jóvenes y las ganas de abrirle espacio en la vida a Jesús.

¿Resultaron verdaderamente positivos los DED?

Sí, realmente ha sido una oportunidad que valoramos muy positivamente. Lo decimos desde el Equipo Permanente, pero sabemos también que es la opinión de otra mucha gente. Ha sido una sorpresa la preparación de las actividades del programa DED, la respuesta de voluntarios, la disponibilidad de las familias, de los colegios y centros de acogida. Se ha implicado mucha gente nueva y joven en todo el proceso que ya dura más de un año y medio. El obispo también está muy contento de los resultados.


¿Puedes ponerle algún pero?

Algunas parroquias y arciprestazgos se han echado para atrás. Creo que no han sabido vencer el miedo a pensar que no podíamos hacerlo o que tenían/teníamos poco que aportar. Han dejado pasar un tren que servía en bandeja muchas posibilidades para impulsar la pastoral con jóvenes.

Llegados ya a Madrid, ¿cuál fue tu primera impresión?

Al principio, un poco de caos. Tuvimos que armarnos de paciencia en las colas para conseguir acreditaciones, credenciales y material para los peregrinos. Pero había un ambiente de cooperación y de querer que saliera bien todo lo relativo con la JMJ. Eso también se respiraba en todos los lugares por donde anduvimos.

¿Qué se respiraba por las calles de Madrid?

Pues ciertamente que mucha alegría y un tono de fiesta permanente.

Se ha destacado el comportamiento civilizado de los jóvenes ¿cómo fue?

La verdad es que se desarrollaron las cosas con mucho respeto. Yo creo que los jóvenes saben a lo que van a una JMJ. Pasan de complicar las cosas. Han optado por la educación y por crear buen ambiente. Sin pretenderlo demasiado han desmontado unos prejuicios que los encasillan.

¿Cuántas personas fueron de León?

Nos apuntamos ciento dos. La semana completa (del 16 al 21) setenta y ocho, y el fin de semana (del 19 al 21) veinticuatro.

Suponemos que en esos días todo fue muy intenso y masivo, pero ¿también emotivo?

Por supuesto. Los dos aspectos los hemos vivido todos. Lo intenso por tener que madrugar o desplazarnos largos trayectos, por estar en recintos con mucha gente, por las largas esperas, por la propuesta de muchas y variadas actividades… lo emotivo por vivir esta experiencia en primera línea, por tener la oportunidad de dejar sitio en el interior a preguntas profundas, por compartir buenos ratos con el grupo…

En la jornada de oración del sábado en Cuatro Vientos ¿qué sentiste?

Me sentí a gusto. Me dejó perplejo el gran silencio que se hizo en la oración. ¡Una multitud de jóvenes rezando, presentando desde lo profundo deseos, peticiones, intercesiones… por tantas situaciones cercanas a ellos! Había un buen ambiente de escucha. ¡Impresionante!

La eucaristía del domingo puso el colofón a la JMJ, ¿Cuál fue tu impresión?

El mensaje de Benedicto XVI fue muy sencillo, claro y sugerente para los jóvenes. Toda una catequesis.

Pasaste la noche en Cuatro Vientos, ¿qué nos puedes decir de esa experiencia?

A pesar de la masa de peregrinos, había una disposición grande a adaptarse a las condiciones un poco precarias e imprevistas de todo aquello.

Aguantamos el chaparrón con humor.

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