LA BONDAD

Estos últimos días ha habido muertes terribles por terrorismo y eso nos crea una sensación de desasosiego, además de una enorme tristeza. Nos preguntamos cómo es posible que haya personas que crean que Dios les ama más matando a los que se burlan de Él o a los que no le quieren.

Los años que hemos vivido, que ya son bastantes, nos han enseñado cosas importantes. Creemos que no hay hombres malos y buenos sino que todos somos todo lo buenos que podemos y, ¡que ésa es otra!, nos dejan ser.  Pensamos que las personas cometen barbaridades por ignorancia, por falta de formación o por una formación errónea. Nuestras maldades la mayor parte de las veces se deben a nuestras debilidades, a no saber decir no o a falta de formación.

Para vivir en la bondad se necesita tener fe. Pero una fe real, no la de creer lo que no vimos, porque nosotros no hemos visto Siberia, por ejemplo, y creemos que existe, pero eso no es tener fe. Tampoco creemos que tener fe es creer lo que la Iglesia nos enseña. Creemos que tener fe es confiar en ese Padre bueno, fiarnos de Él.

Desde que Jesús vino al mundo hemos conocido la nueva cara de Dios, no la del Dios terrible del Antiguo Testamento, sino la del Dios misericordioso, la del Padre, como siempre le llamaba Jesús. Como dice Giner de los Ríos busquemos una formación completa para no ser personas intolerantes. Eso nos acercará a los demás y a Dios.

Porque el Padre seguro que perdona a todos esos terroristas a los que quizá la enseñanza equivocada de sus maestros, también equivocados,  no les han dejado ser buenos. Recemos también por todos ellos.

Un abrazo

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Huellas