lunes, 15 de septiembre de 2014

UNA ORACIÓN


Para todas las personas que viven con el agua al cuello

Cuando vi como hacías girar tus ojos saltarines supe que te gustaba bailar y ensayar pasos nuevos al ritmo de las antiguas músicas. Supe tantas cosas que llevabas escondidas que aún hoy no salgo de mi asombro. Guardaste la parte más bonita de ti.

No sé por qué decidiste esconder la carcajada y la ternura abierta, los deseos locos de empezar de nuevo y la ilusión libre por las cosas inesperadas.

Ayer, al despertarme, al buen Dios le hice una plegaria para tu corazón: “¡Qué vuelva el arco iris a salir para ella! ¡Qué vuelvan las ganas de vivir, de sentir, de amar, de abrazar, de cantar!”


Me pareció que El mismo me contestaba: ¡Concedido!

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