martes, 16 de septiembre de 2014

AQUÍ ESTOY, TÚ SABES CÓMO


 
 Molinaseca
  
Aquí estoy, Señor, a tu puerta,
  
entre estremecido y asustado,
  
aturdido y expectante;
  
sin saber cómo he llegado,
  
sintiendo que avivas, en mi corazón,
  
las cenizas del deseo y la esperanza
  
y despiertas, con un toque de gracia,
  
mis entrañas yermas.

  

Aquí estoy, Señor, a tu puerta,
  
con el anhelo encendido,
  
con el deseo disparado,
  
con los ojos atentos y los pies prestos,
  
aguardando lo que más quiero –tu abrazo-,

 luchando contra mis fantasmas y miedos,

 desempolvando mi esperanza olvidada,

 nuestras promesas y encuentros.


  
Aquí estoy, Señor, a tu puerta,
  
medio cautivo, medio avergonzado,
  
necesitado, enamorado…;
  
queriendo despojarme de tanta inercia y peso,

 rogándote que cures las heridas de mi alma

 y orientes mis puertas y ventanas

 hacia lo que no siempre quiero

 y, sin embargo, es mi mayor certeza.


  
Aquí estoy, Señor, a tu puerta,
  
¡Tú sabes cómo!.



Florentino Ulibarri.

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