Muchos de
nosotros hemos llegado ya a una edad en que sabemos que la vejez está ahí. Y es
posible que el cuerpo haya empezado a darnos problemas. Pero no olvidemos que
el espíritu no envejece si nosotros nos preocupamos de que sea así.
Como nos
dice esta foto sólo envejecemos cuando lo nuevo nos asusta. ¿Y por qué razón
decimos esto? Pues porque vemos que en la Iglesia empiezan a aparecer muchas
cosas nuevas y hay personas que se sienten asustadas por los cambios. No
temamos, lo cambios casi siempre son para mejorar cosas, que pudieron ser
buenas en otro tiempo, pero que ahora no nos valen. No dejemos que nuestra
mente envejezca y perdamos el miedo.
Lo malo es
cuando son los jóvenes de cuerpo los que temen a lo nuevo. Entonces de alguna
manera nos están diciendo que han dejado envejecer su espíritu. Quizá esa sea
una labor de los “viejos” que han querido ser interiormente jóvenes, el ayudar
a que los jóvenes no sean viejos en su juventud.
Parece un
laberinto de palabras, pero leedlo despacio y veréis que tenemos todavía mucho
que hacer.
Os
queremos
Huellas
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