miércoles, 31 de julio de 2013

¿QUIERO SER FELIZ O TENER RAZÓN?


"belleza"

Eran las 8 p. m. en una concurrida avenida. 
Una pareja va retrasada para cenar con unos amigos.
La dirección es en un rumbo que no suelen frecuentar por lo que ella consultó el mapa antes de salir.
Él conduce y Ella le orienta, y le indica que gire en la siguiente calle a la izquierda. Él argumenta muy seguro que es hacia la derecha.
Inicia la discusión y casi al instante Ella calla y Él decide girar a la derecha. En pocos minutos Él se da cuenta de que estaba equivocado. Aunque es difícil, admite que tomo el camino equivocado, al tiempo que inicia el retorno. Ella en silencio le sonríe con camaradería.
Una vez que llegaron a la cita se disculparon por el retraso la noche transcurrió grata y amena.
Cuando habían emprendido el camino de regreso, Él comenta:
-Tú estabas segura de que tomaba el camino equivocado, ¿por qué no insististe para que me fuera por el correcto?
Ella responde:
- Porque íbamos retrasados y el tráfico tan congestionado, que los ánimos estaban calentándose, estábamos a punto de una agria discusión, si insistía más, habría estropeado la noche, y Entre Tener Razón y Ser Feliz, prefiero Ser Feliz.
Esta historia fue contada por una directora empresarial durante una conferencia sobre la simplicidad en el mundo del trabajo. 
Ella utilizó el escenario para ilustrar la cantidad de energía que gastamos sólo para demostrar que tenemos razón, independientemente de tenerla o no.
Desde entonces, me pregunto más a menudo:
"¿Quiero ser feliz o tener la razón?"

martes, 30 de julio de 2013

CON EL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco está rompiendo moldes. Aquí le tenemos en una entrevista en la TV brasileña, hablando con sencillez e invitando a todos, los consagrados y los laicos, a la sencillez, a la pobreza, a la autenticidad.
Como dice él: hay que entregarse por completo. Ahora que ha finalizado la JMJ 2013 Río y donde el papa ha dicho tantas cosas que harán que la Iglesia se renueve. Este hombre, asistido por el Espíritu, a todos nos remueve.

lunes, 29 de julio de 2013

DIOS



Alabanza tuya

Es malo que haya
gente imprescindible.
No es muy buena
la gente que a sabiendas
se vuelve imprescindible.

La fruta
ha de continuar atesorando sol,
no ha de menguar la fuerza del torrente
si por acaso un día
se pierden unos labios.

Pero
-y este pero me abrasa-
no puedo
decir que sea malo
que tú seas imprescindible

Jorge Riechman

domingo, 28 de julio de 2013

PADRE

Cristo Redentor de Corcovado, Río Janeiro

Domingo XVII Tiempo Ordinario
Evangelio de Lucas 11, 1-13        
  
         Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
         — Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
         Él les dijo:
         — Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación”.
         Y les dijo:
         — Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”. Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
         Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Quisiera hoy centrar esta reflexión solo en dos palabras: padre y oración.

A Jesús lo entendemos y lo asimilamos como un padre. Más aún como un padre bueno. ¡Qué padre no se ocupa de sus hijos! Esto es la gran realidad del cristianismo: la persona de Jesús-padre. Lo decía el papa Francisco al llegar a la JMJ Río 2013: no vengo a traeros oro ni plata, sino al mismo Jesucristo. Y no porque tenga que ir el Papa a llevarlo, sino porque es bueno que nos recuerde que el Espíritu, el mismo Jesús, ya está con nosotros, mejor aún, ya está en nosotros. No podemos ocultarlo.

Y la mejor forma de darnos cuenta que ese Jesús está en nosotros es por medio de la oración. El mismo nos dijo cómo orar: el padrenuestro. Tantas veces lo hemos recitado que ya no cala, nos dice poco. Por eso os propongo sencillamente, quedar en silencio y notar el sentimiento de tener dentro a Jesús.

Hoy Señor, no necesito palabras
Hoy quiero el silencio
No decir nada
Solo el silencio
….
Porque ahí está lo auténtico
Ahí te siento a ti, Jesús.

Cristo Redentor de Corcovado, Río, Brasil 

sábado, 27 de julio de 2013

PARA PENSAR



Un señor que va en coche y se percata de que está perdido, maniobra y pregunta a alguien en la calle:
- ¡Disculpe!, ¿podría usted ayudarme? He quedado a las 2:00 con un amigo, llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro!
- Claro que sí -le contesta- se encuentra usted en un coche, a unos 7 Km . del centro de la ciudad, entre 40 y 42 grados de latitud norte y 58 y 60 de longitud oeste.

Es usted ingeniero, ¿verdad? -dice el del coche

Sí señor, lo soy. ¿Cómo lo ha adivinado?

Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es "técnicamente correcto", pero "prácticamente inútil": continúo perdido, llegaré tarde y no sé qué hacer con su información.

Usted es POLITICO, ¿verdad? -pregunta el de la calle.

- En efecto -responde orgulloso el del coche- ¿cómo lo ha sabido?

- Porque no sabe dónde está ni hacia dónde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, está usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón parece que la culpa es mía.

viernes, 26 de julio de 2013

EL ARBOL



El Árbol...
 
El árbol solitario seduce a quien se reconoce en su misma quietud.

Fotografía, Toño de la Fuente

jueves, 25 de julio de 2013

EDUCAR PARA LA PAZ


En muchas reuniones en las que nos vemos, siempre hay alguien que pide por la paz. Pero ya sabéis lo que se dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Dios nos ha dado inteligencia para actuar y por ello debemos usarla. ¿Y a que nos referimos?: pues a que tenemos que empezar por educarnos para la paz.
Hasta ahora lo mejor que hemos logrado es la tolerancia, y aún nos falta mucho por conseguir, incluso esa tolerancia. Por ejemplo nos falta mucho para la aceptación y la acogida del extranjero, sobre todo si su color de piel, su religión y su cultura lo hacen muy diferente a nosotros que nos consideramos los dueños de España.
Educar para poder tener un pensamiento crítico, para que nos preguntemos acerca de nuestras ideas sobre el mundo y las enriquezcamos con las ideas de otras personas que tienen una visión diferente, todavía queda muy lejos.
Los que piensan distinto, o tienen otra cultura… no son una amenaza para nosotros. Debemos aprender que nadie tiene la verdad completa, porque la verdad es tan grande que nos desborda y los demás también pueden tener su parte de verdad, y lo maravilloso de esto es darnos cuenta que el diferente es quién nos puede ayuda a crecer, a ampliar nuestros pequeños horizontes.
Es más, hemos aprendido que a veces las cosas se arreglan igual con verdades distintas. Por eso nuestros hijos deberían aprender a que hay que dejar a las personas descubrir su propia verdad, que a su vez puede ser distinta de la nuestra y también ser verdad.
Pero tenemos miedo y entonces adoctrinamos. Y nos encerramos en ghetos ideológicos, culturales, religiosos... Hemos aprendido que la verdad no es blanca ni negra y que el universo tiene muchos colores. Pero desgraciadamente vemos que  en las discusiones hoy raramente se escuchan argumentos honestos, sino descalificaciones, ataques, y todo lo que pueda destruir al que no piensa como nosotros.
Ojalá seamos capaces de sabernos educar para la paz. El fútbol es un buen lugar. Grupos distintos se enfrentan con honestidad y piensan que el otro puede ganar honradamente. Hagámoslo nosotros también.
Un abrazo

 Huellas

miércoles, 24 de julio de 2013

LA MALETA

Quedará la luz


LA MALETA

Solo es real aquello que quedará en la muerte.
Por eso, la muerte es ya ahora;
y el yo (el que nos “complica” el vivir) es el muerto.

Un hombre, al darse cuenta y ver que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo, se asombró y con miedo lo miró intrigado. Y Dios le dijo:
-      Bien, hijo: es hora de irnos.
El hombre, asombrado, preguntó:
-      ¿Ya? ¿Tan pronto? Tenía muchos planes....
-      Lo siento, pero es el momento de tu partida.
-      ¿Que traes en la maleta?, preguntó el hombre.
Y Dios le respondió:
-      Tus pertenencias...
-      ¿Mis pertenencias? ¿Traes mis cosas, mi ropa, mi dinero?
Dios le respondió:
-      Eso nunca te perteneció, eran de la tierra.
-      ¿Traes mis recuerdos?
-      Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo.
-      ¿Traes mis talentos?
-      Esos no te pertenecieron, eran de las circunstancias.
-      ¿Traes a mis amigos, a mis familiares?
-      Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
-      ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
-      Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón.
-      ¿Traes mi cuerpo?
-      Nunca te perteneció, ese era del polvo.
-      ¡Estoy seguro que traes mi alma!
-      ¡¡¡No!!!, esa es mía, le respondió Dios.
Entonces el hombre, lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y, al abrirla, se dio cuenta que estaba vacía... 
Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre dijo:
-      ¿Nunca tuve nada?
Y Dios, con voz sosegada, le respondió:
-      Así es, cada uno de los momentos que viviste fueron solo tuyos.
¡La vida es solo un momento...! ¡Un momento solo tuyo!
Por eso, mientras estés a tiempo disfrútalo en su totalidad.
Que nada de lo que crees que te pertenece te detenga....
¡Vive el ahora! ¡Vive tu vida...!
Y no te olvides de SER FELIZ, ¡es lo único que realmente vale la pena!
Las cosas materiales y todo lo demás por lo que luchaste, se quedan aquí­.
¡TÚ NO TE LLEVAS NADA!

martes, 23 de julio de 2013

JMJ 2013 RIO DE JANEIRO


"Id y haced discípulos      

a todos los pueblos"
(cf. Mt 28, 19)

Desde este blog hoy nos unimos a la JMJ 2013 que comienza en Río de Janeiro. Y a toda esa gente que ha dejado las comodidades de sus casas o la miseria en la que viven y han ido a sentir más cerca la presencia de de Jesucristo. El cristianismo es esencialmente encuentro personal con Jesús. En acontecimientos como este que hoy comienza el corazón se hace más grande porque se participa de la ilusión y de la fe de tanta gente reunida.
El oración de este día podemos tener un recuerdo especial  por todos los que están allí. Comenzando por el Papa Francisco. Todos van a lo mismo: estar unidos los hombres con Jesús. 

Aquí tienes un video para descubrir ese magno acontecimiento en este enorme país.


lunes, 22 de julio de 2013

UN DIOS QUE ENTUSIASMA




Es verdad que el entusiasmo puede ser un sentimiento pasajero, y a veces excesivo, como lo son muchas euforias o fervores de un día. Pero tampoco hay que resignarse a la frialdad, el escepticismo, la quietud o la sobriedad. Porque Dios, a veces, entusiasma, ilusiona, te enciende por dentro. En esos momentos en los que vibras con el evangelio. Porque te hace creer que es posible otro mundo, otra iglesia, otra sociedad. Te hace sentirte capaz de mucho más. Te hace tender puentes hacia los otros que, de otro modo, nunca cruzarías, hacia otros diferentes a ti mismo. Y te hace apostar (a veces todo) por la lógica de las bienaventuranzas.

pastoral sj

domingo, 21 de julio de 2013

ORACIÓN Y ACCIÓN SON INSEPARABLES

Campera Región Noroeste. Villagarcía de Campos 16-6-2013

Domingo XVI Tiempo Ordinario

Evangelio de Lucas 10, 38-42        
  
         En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
         Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
         Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
         — Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
         Pero el Señor le contestó:
         ― Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.

El texto del evangelio, a mi juicio, nos presenta más que dos comportamientos de personas distintas, Marta y María,  dos actitudes que concurren en la misma persona. Y  ambas, lejos de excluirse, se reclaman mutuamente: contemplación es sinónimo de compromiso.

Lo que se reprocha a Marta, en el relato, no es su acción, sino su inquietud, su agitación, su prisa, su insatisfacción. El compromiso sin la contemplación se convierte en activismo, donde el protagonista es la persona que no para.

Y también la contemplación sin compromiso no pasa de ser ensimismamiento narcisista. Puro protagonismo del que se queda solo en la meditación.

En cambio cuando integramos ambos comportamientos estamos dando todo el protagonismo al otro, a través de nuestra propia persona. En la oración, a Dios, En la acción, a los otros.

Por eso me parece a mi que si no integramos ambos comportamientos en la propia vida no tenemos una vida completa. Cuando oramos y actuamos en consecuencia, la vida pasa a ser felicidad porque es expresión de entrega total.

Mi Dios y Señor, cada día
 te alabo, te bendigo, te doy gracias,
me siento satisfecho cuando oro,
contemplarte me enriquece.

Pero, hay más, esa oración
 me compromete
me implica con los demás
me completa

Lo voy entendiendo
Hay veces que quiero ser Marta
Y otras prefiero ser María
Pero solo cuando soy ambas
Me siento feliz.

Gracias a Dios
Gracias a los demás.
 H y MN


sábado, 20 de julio de 2013

viernes, 19 de julio de 2013

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LAMPEDUSA

Por su interés reproducimos este importante documento. No dejéis de leerlo. Interroga a cada uno

08 de julio, 2013. (Romereports.com)

El Papa ha celebrado Misa en un polideportivo de Lampedusa, la isla italiana a la que llegan cada día decenas de emigrantes ilegales. El altar era de una belleza triste: estaba apoyado sobre una barca en la que un grupo de emigrantes ilegales intentó escapar del norte de África en busca de un futuro mejor.  

En su dura homilía, el Papa Francisco ha pedido a la humanidad que no se acostumbre al sufrimiento de los demás y ha denunciado la “globalización de la indiferencia”. 



Francisco
“Miramos al hermano medio muerto tirado en la calle y quizá pensamos “pobrecillo”, y seguimos por nuestro camino: no depende de nosotros... Y nos sentimos justificados”. “Quién ha llorado por estas personas que iban en barca? ¿Por estas jóvenes madres que llevaban a sus niños? ¿Por estos hombres que buscaban un modo de sostener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto, del “padecer con”: la globalización de la indiferencia”.


El Papa llevaba vestiduras moradas porque ha deseado que fuera una ceremonia penitencial para pedir perdón a Dios por los dramas que afronta cada emigrante ilegal. 


Francisco
“Te pedimos perdón por quienes, con sus leyes y decisiones a nivel mundial han creado situaciones  que conducen a estos dramas. Perdón, Señor”.


Antes de irse el Papa ha dado las gracias a los habitantes de la isla. Les ha dicho que son un faro y ha pedido al resto del mundo que los imiten y tengan el coraje de recibir a los emigrantes que huyen en busca de una vida mejor.



HOMILÍA DEL PAPA EN ESPAÑOL

Inmigrantes muertos en el mar, por esas barcas que, en lugar de haber sido una vía de esperanza, han sido una vía de muerte. Así decía el titular del periódico.
Desde que, hace algunas semanas, supe esta noticia, desgraciadamente tantas veces repetida, mi pensamiento ha vuelto sobre ella continuamente, como a una espina en el corazón que causa dolor. Y entonces sentí que tenía que venir hoy aquí a rezar, a realizar un gesto de cercanía, pero también a despertar nuestras conciencias para que lo que ha sucedido no se repita. Que no se repita, por favor.

Antes que nada quisiera tener una palabra de sincera gratitud y de ánimo para con ustedes, habitantes de Lampedusa y Linosa, para con las asociaciones, los voluntarios y las fuerzas de seguridad, que han prestado y prestan atención a personas en su viaje hacia algo mejor. ¡Ustedes son una pequeña realidad, pero dan un ejemplo de solidaridad! ¡Gracias! Gracias también al Arzobispo Mons. Francisco Montenegro por su ayuda, su trabajo y su acompañamiento pastoral. Saludo cordialmente a la alcaldesa, la señora Giusi Nicolini: muchas gracias por lo que ha hecho y sigue haciendo. Quiero tener un recuerdo para los queridos inmigrantes musulmanes que esta tarde comienzan el ayuno del Ramadán, con el deseo de abundantes frutos espirituales. La Iglesia está a su lado en la búsqueda de una vida más digna para ustedes y para sus familias. A ustedes: (oshiá)!

Esta mañana, a la luz de la Palabra de Dios que hemos escuchado, quisiera proponer algunas palabras que más que nada remuevan la conciencia de todos, nos hagan reflexionar y cambiar concretamente algunas actitudes.

"Adán, ¿dónde estás?": es la primera pregunta que Dios dirige al hombre después del pecado. "¿Dónde estás, Adán?". Y Adán es un hombre desorientado que ha perdido su puesto en la creación porque piensa que será poderoso, que podrá dominar todo, que será Dios. Y la armonía se rompe, el hombre se equivoca, y esto se repite también en la relación con el otro, que no es ya un hermano al que amar, sino simplemente alguien que molesta en mi vida, en mi bienestar. Y Dios hace la segunda pregunta: "Caín, ¿dónde está tu hermano?". El sueño de ser poderoso, de ser grande como Dios, en definitiva de ser Dios, lleva a una cadena de errores que es cadena de muerte, ¡lleva a derramar la sangre del hermano!

Estas dos preguntas de Dios resuenan también hoy, con toda su fuerza. Tantos de nosotros, me incluyo también yo, estamos desorientados, no estamos ya atentos al mundo en que vivimos, no nos preocupamos, no protegemos lo que Dios ha creado para todos y no somos capaces siquiera de cuidarnos los unos a los otros. Y cuando esta desorientación alcanza dimensiones mundiales, se llega a tragedias como ésta a la que hemos asistido.

"¿Dónde está tu hermano?", la voz de su sangre grita hasta mí, dice Dios. Ésta no es una pregunta dirigida a otros, es una pregunta dirigida a mí, a ti, a cada uno de nosotros.
Esos hermanos y hermanas nuestras intentaban salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un puesto mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte. ¡Cuántas veces quienes buscan estas cosas no encuentran comprensión, no encuentran acogida, no encuentran solidaridad! ¡Y sus voces llegan hasta Dios! Y una vez más les doy las gracias a ustedes, habitantes de Lampedusa, por su solidaridad. He escuchado, recientemente, a uno de estos hermanos. Antes de llegar aquí han pasado por las manos de los traficantes, aquellos que se aprovechan de la pobreza de los otros, esas personas para las que la pobreza de los otros es una fuente de lucro. ¡Cuánto han sufrido! Y algunos no han conseguido llegar.

"¿Dónde está tu hermano?". ¿Quién es el responsable de esta sangre? En la literatura española hay una comedia de Lope de Vega que narra cómo los habitantes de la ciudad de Fuente Ovejuna matan al Gobernador porque es un tirano, y lo hacen de tal manera que no se sepa quién ha realizado la ejecución. Y cuando el juez del rey pregunta: "¿Quién ha matado al Gobernador?", todos responden: "Fuente Ovejuna, Señor". ¡Todos y ninguno!

También hoy esta pregunta se impone con fuerza: ¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? ¡Ninguno! Todos respondemos igual: no he sido yo, yo no tengo nada que ver, serán otros, ciertamente yo no. Pero Dios nos pregunta a cada uno de nosotros: "¿Dónde está la sangre de tu hermano cuyo grito llega hasta mí?". Hoy nadie en el mundo se siente responsable de esto; hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna; hemos caído en la actitud hipócrita del sacerdote y del servidor del altar, de los que hablaba Jesús en la parábola del Buen Samaritano: vemos al hermano medio muerto al borde del camino, quizás pensamos "pobrecito", y seguimos nuestro camino, no nos compete; y con eso nos quedamos tranquilos, nos sentimos en paz.

 La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero no son nada, son la ilusión de lo fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia hacia los otros, o mejor, lleva a la globalización de la indiferencia. En este mundo de la globalización hemos caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos concierne!
Vuelve la figura del "Innominado" de Manzoni. La globalización de la indiferencia nos hace "innominados", responsables anónimos y sin rostro.

"Adán, ¿dónde estás?", "¿Dónde está tu hermano?", son las preguntas que Dios hace al principio de la humanidad y que dirige también a todos los hombres de nuestro tiempo, también a nosotros.
 Pero me gustaría que nos hiciésemos una tercera pregunta: "¿Quién de nosotros ha llorado por este hecho y por hechos como éste?". ¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas? ¿Quién ha llorado por esas personas que iban en la barca? ¿Por las madres jóvenes que llevaban a sus hijos? ¿Por estos hombres que deseaban algo para mantener a sus propias familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, de "sufrir con": ¡la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar! En el Evangelio hemos escuchado el grito, el llanto, el gran lamento: "Es Raquel que llora por sus hijos… porque ya no viven". Herodes sembró muerte para defender su propio bienestar, su propia pompa de jabón. Y esto se sigue repitiendo…
Pidamos al Señor que quite lo que haya quedado de Herodes en nuestro corazón; pidamos al Señor la gracia de llorar por nuestra indiferencia, de llorar por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros, también en aquellos que en el anonimato toman decisiones socio-económicas que hacen posibles dramas como éste. "¿Quién ha llorado?". ¿Quién ha llorado hoy en el mundo?
Vuelve la figura del "Innominado" de Manzoni. La globalización de la indiferencia nos hace "innominados", responsables anónimos y sin rostro.

Señor, en esta liturgia, que es una liturgia de penitencia, pedimos perdón por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas, te pedimos, Padre, perdón por quien se ha acomodado y se ha cerrado en su propio bienestar que anestesia el corazón, te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que llevan a estos dramas. ¡Perdón, Señor!

 Señor, en esta liturgia, que es una liturgia de penitencia, pedimos perdón  por la indiferencia hacia tantos creado situaciones que llevan a estos dramas. ¡Perdón, Señor!

Señor, que escuchemos también tus preguntas: "Adán, ¿dónde estás?". "¿Dónde está la sangre de tu hermano?".

jueves, 18 de julio de 2013

NO HAY UN FINAL




Muchas veces en la vida nos sentimos al final de algo. Si un hijo se va, es el final de una vida que habíamos planeado juntos. Si aparece una enfermedad, es el final de una vida sana y con alegría. Si nos echan del trabajo, es el final de una etapa tranquila…
Pero en realidad deberíamos ver cada final como el inicio de algo nuevo.
Cuando un hijo se va, es que ha comenzado una nueva vida de alegría, trabajo… Si aparece una enfermedad quizá sea el comienzo de empezar a ver las cosas de otro modo, de darnos cuenta que no estamos aquí para siempre y de que hemos de ponernos ante Dios y preguntarle qué debemos cambiar, qué estamos haciendo mal para cambiarlo y qué estamos haciendo bien para seguir impulsando ese hacer.
Si nos quedamos sin trabajo quizá sea el momento de intentar hacer algo nosotros, de crear una nueva forma de trabajar…
En fin, es el momento de ser positivos. En la Iglesia estamos llegando a muchos finales, pero nosotros los vemos como nuevos y alentadores inicios de una transformación tan necesaria. Hay mucho miedo a los cambios, porque suponen decisiones a veces difíciles de nuestras maneras de ver la cosas, pero ya nos dice Jesús: “No tengáis miedo”. Y nosotros hemos empezado a perder ese miedo. Hemos dejado de cerrar los ojos y vivimos más felices en el mundo en el que Jesús nos ha puesto.

Un abrazo 
Huellas

miércoles, 17 de julio de 2013

ESTE MUNDO ES UNA MIERDA

Y SI  NO FUERA UNA MIERDA?.
 


(Esta pintada la puedes encontrar en la Calle Santo Tirso, de León),
 
Yo también pensé como tú que estudiar era una mierda y me puso a trabajar y trabajar era una mierda. Otro día me enamoré de Julia y Julia no llenaba mis vacíos y pensé que el amor era otra mierda. Más adelanté me cambié de ciudad y la otra ciudad era una mierda. Así he vivido la mitad de mis días, pensando, sintiendo, entre mierdas.
 
Llevo medio año barruntando que tal vez tenga los ojos empañados y que no me vendría mal ir al oftalmólogo. ¿A  ver si arrastro desde años miopía?.
 
La otra semana al subir las escaleras de casa me esperó Paula y me pareció, por su forma de mirarme, que Paula no era una mierda.
 
No sé que me está pasando...

martes, 16 de julio de 2013

IDEOLOGÍA





Es abrumador lo que se puede leer acerca de la crueldad del hombre para con sus semejantes. He aquí un relato periodístico de la tortura practicada en modernos campos de concentración.

La víctima es atada a una silla metálica. Entonces se le administran descargas eléctricas, cada vez de mayor intensidad, hasta que acaba confesando.

Con la mano ahuecada, el verdugo golpea una y otra vez a la víctima en el oído, hasta que el tímpano estalla.

Sujetan con correas a la víctima a un sillón de dentista. El ~ dentista ~, entonces, comienza a perforar con el torno, hasta llegar al nervio. Y la perforación prosigue hasta que la víctima accede a cooperar.

El hombre no es cruel por naturaleza. Se hace cruel cuando es infeliz... o cuando se entrega a una ideología.

Una ideología contra otra; un sistema contra otro; una religión contra otra. Y en medio, el hombre, que es aplastado.

Los hombres que crucificaron a Jesús probablemente no eran crueles. Es muy posible que fueran tiernos maridos y padres cariñosos que llegaron a ser capaces de grandes crueldades para mantener un sistema, o una ideología, o una religión.

Si las personas religiosas hubieran seguido siempre el instinto de su corazón, en lugar de seguir la lógica de su religión, se nos habría ahorrado asistir a espectáculos como el de la quema de herejes o el de millones de personas inocentes asesinadas en guerras libradas en nombre de la religión y del mismo Dios.

Moraleja: Si tienes que escoger entre el dictado de un corazón compasivo y las exigencias de una ideología, rechaza la ideología sin dudarlo un momento. La compasión no tiene ideología.

Tony de Mello

lunes, 15 de julio de 2013

MI DIOS Y MI TODO

UN DIOS QUE MARCA LA DIFERENCIA

Si es igual que estés o no estés; 
si la fe no supone, en realidad, ningún cambio en lo cotidiano;
si la oración es tan solo un rito o una inercia;
si el evangelio es una serie de relatos que conozco de siempre, pero ya rara vez me dicen algo nuevo; 
si Jesús es un icono más, popular y atractivo, pero estático;
si la celebración es un ritual conocido pero domesticado;
si las preguntas no son a vida o muerte, porque en ellas te lo juegas todo; entonces es que no es Dios aquel a quien estás mirando, buscando o rezando. 
Porque Dios le da la vuelta a todo. Inquieta, remueve, convierte y te hace comprender el mundo de otra forma.

pastoral sj

domingo, 14 de julio de 2013

NO NOS ENGAÑEMOS: EL PRÓJIMO SON TODOS

Iglesia de Benllera, interior


Domingo XV Tiempo Ordinario
Evangelio de Lucas 10, 25-37 

En aquel tiempo, se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:

― Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

El le dijo:

― ¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?

El letrado contestó:

― “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo”.

El le dijo:

― Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.

Pero el letrado, queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús:

― ¿Y quién es mi prójimo?

Jesús dijo:

― Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. 

Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y, montándolo en su cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:

― Cuida de él y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta. 

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos? 

El letrado contestó:

― El que practicó la misericordia con él. 

Jesús le dijo:

― Anda, haz tú lo mismo

Iglesia de Benllera, vista general
Fray Marcos, titula el comentario de este evangelio así: “Sin prójimo no hay Dios que valga”. Una frase contundente. Dice lo que dice. Y se entiende sin más explicaciones. Y esto me lleva a la siguiente reflexión. No hemos venido a este mundo a cumplir una serie de preceptos morales y según acertemos o no, así será la recompensa. Más bien cree que hemos sido creados para albergar al mismo Dios. Dios forma parte de nuestra misma esencia. Queramos o no Dios está ahí, con nosotros, dentro de nosotros. Solo así se entiende la bondad en la esencia del hombre. Pero, somos seres libres y por eso capaces de ocultar y tapar al Dios que tenemos. Y cuando hacemos eso, ¡así nos va! ¿Cómo se explica sino el mal en el mundo? ¿Cómo se explica sino el hambre de tanta gente a pesar de haber comida para todos? ¿Cómo se explica sino el hacerse mal a uno mismo y a los demás?

La parábola del buen samaritano me recuerda que el prójimo es todo aquel que aparece en nuestras vidas, cualquier persona a la que somos capaces de llegar, todo ser humano que padece de alguna manera la injusticia y somos capaces de escucharle, de aliviarle, de rezar por él. El prójimo no es solo aquel que yo elijo o aquel que me conviene para tranquilizar mi conciencia.

Cuando se vive consciente de que Dios está dentro de cada uno, el prójimo son todos. Por eso, no nos engañemos. Lo sabemos. Todos estamos unidos por lazos de bondad. El problema es que es difícil salir de la propia comodidad de la vida. El samaritano no buscó al herido, apareció en su vida y se entregó a él. Este es el camino. No hay otro. Tenemos a Dios dentro. Creérnoslo y entregarnos. No hay más. Pero tampoco hay menos.

Saber esto ya es mucho. Por eso siempre es imprescindible la Palabra. Va directa al corazón. Y ahí no hay engaño.


Señor, ¿por qué busco fuera?

¿No es en mi interior donde está la esencia?

Me hablas de bondad y de generosidad.

¿No es el buen samaritano una excepción?


Silencio, pausa, meditación

Nerviosismo, intranquilidad y luego..

Sosiego, calma, paz


¿Por qué buscas fuera?

¿Qué te preocupa a ti lo que hacen los demás?

¿Te pido, acaso, que me cuentes cosas de otros?..

Me parece oír en el susurro de esa paz


Miro para mi,

Me concentro en mi persona,

Limito mis pensamientos,

Solo estoy yo


Y, TU.

Y, ahora lo entiendo:

Yo para los demás.