No,
no te detengas.
Comenzar bien es una gracia de Dios.
Continuar por buen camino
y no perder el ritmo...
es una gracia todavía mayor.
Pero la gracia de las gracias,
está en no desfallecer,
con fuerzas todavía o ya no pudiendo más,
hecho trizas o añicos,
seguir avanzando hasta el fin.
Helder Câmara
Se
trata de eso de avanzar, de estar en el hoy y de mirar el mañana, sin olvidar
el ayer. Este tiempo de adviento es propicio para llenar el alma de ilusión.
Porque ese Dios bueno está entre nosotros, no es extraño a nuestras flaquezas, es
misericordioso con nosotros.
Nos
resistimos a avanzar. Puede ser nuestra edad, nuestras enfermedades, nuestras limitaciones.
Puede ser nuestro estado de ánimo o nuestra tristeza. Pero todo eso se supera
si miramos a Dios. El está ahí, en cada uno de nosotros para darnos el empujón
que necesitamos. Muchas veces no lo notamos porque estamos agarrados a nuestros
miedos y preferimos seguir atados o caminar por surcos ya trillados.
Suéltate,
deja que el Dios de la libertad te anime, anda por donde nunca hayas pasado,
busca en tu corazón lo que te hace feliz, deja a Dios actuar en tu vida. Avanza
con Él. Dios siempre es nuevo. Dios siempre es amor. No tengas miedo. Suéltate.
Avanza.
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