A ninguno nos
gustan los problemas. Bueno, a algunas personas sí. En general, no. Y los
sentimos como una amenaza, como un incordio.
Ante ellos tratamos
de evadirnos o de huir. Pero los problemas siguen. A veces incluso se agrandan,
como una bola de nieve que va cogiendo más peso, más amplitud, hasta asustar.
Y resulta que
vienen a nuestra vida para ayudarnos y hacernos despertar. Y es un despertar
molesto, incómodo y un poco a destiempo.
Por eso ante los
problemas nos revelamos, nos quejamos e incluso cerramos lo ojos. Somos algo
tontos.
Acoger los
problemas. Los sinsabores. Los miedos y los temores. Y quedarse así,
sintiéndolos, escuchándolos, mirándolos. Recibiéndolos como huéspedes.
Confieso que es
difícil. Casi para nota. Pero no hay otra forma de afrontar la realidad que
viene, que se impone, que nos remueve. tal vez no haya otra forma que abrirle
la puerta e invitarla a tomar un café y a un diálogo abierto con lo que nos
pasa.
¿Qué quieres de
mi?. ¿A qué has venido a mi vida?. ¿Qué lección me traes?. Son preguntas
necesarias que nos ayudan a ampliar nuestra mirada. Ninguna de ellas nos va a
ahorrar dolor ni malestar, pero en nuestra realidad aparecerán duendes de
esperanza. Que no es poco.
Confía en Dios. Quita el miedo. Todo madura a su tiempo.
El amor no puede ser un
sucedáneo, un leve afecto, ni una conveniencia.
Es mejor amar del todo,
aunque te rompas mil veces. Es mejor comprometerse con alguien, dejar que entre
en tu intimidad, apoyar la cabeza en su hombro, dejarte abrazar en esas noches
oscuras que todos tenemos.
¿Por qué amar a medias, si
hemos sido creados para amar con locura?
¿Por qué mantener una
distancia de seguridad respecto al prójimo, que puede ser hermano, vecino,
compañero de camino, padre, hijo, enamorado, amigo?
Mejor amar. Aun a riesgo de
padecer. Sí. Porque es inevitable padecer. Porque es muy difícil prescindir del
ego.
Amar de verdad es donarse
entero, sin esperar nada, sin querer recibir nada. Amar es pura esencia. Amar
es ser. No es más. Es dejar tantas adherencias que nos piden recompensas. Porque
quien ama entero su recompensa es el mismo ser. No hay más. Eso es todo. Dios
es el que es. No podemos decirlo de mejor manera.
Los miembros de los equipos
vivimos en matrimonio porque confiamos en el sacramento, porque sabemos dejarnos
llevar por Dios, porque confiamos en Nuestra Señora de los Hogares.
De la amo de Dios no podemos
tener miedo. Porque el amor no es miedoso.
En aquel tiempo Jesús atravesó de
nuevo a la otra orilla, se le juntó mucha gente a su alrededor, y se quedó
junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y al
verlo se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
¾ Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella,
para que se cure y viva.
Jesús se fue con él, acompañado de
mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos
de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase
de tratamientos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero en vez de
mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás,
entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido,
curaría.
Inmediatamente se secó la fuente de
sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había
salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando:
¾ ¿Quién me ha tocado el manto?
Los discípulos le contestaron:
¾ Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿quién me ha
tocado?”.
Él seguía mirando alrededor, para
ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender
lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo:
¾ Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y
con salud.
Todavía estaba hablando, cuando
llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
¾ Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban
y le dijo al jefe de la sinagoga:
¾ No temas; basta que tengas fe.
No permitió que lo acompañara nadie,
más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del
jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban
a gritos. Entró y les dijo:
¾ ¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está
muerta, está dormida.
Se reían de él. Pero él los echó
fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes entró
donde estaba la niña, la tomó de la mano y le dijo:
La niña se puso en pie
inmediatamente y echó a andar –tenía doce años-. Y se quedaron viendo visiones.
Les insistió en que nadie se
enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Hoy el evangelio nos
presenta dos milagros: el de la hemorroísa y el de la hija de Jairo. En ambos
la clave para que se produzca el milagro es la fe. Jairo cree en Jesús, sabe
que él tiene una fuerza tan grande que si le pide que cure a su hija, lo hará.
La hemorroisa cree que si llega a tocar el manto de Jesús, se curará. En uno y
en otro caso, lo esencial es confiar en Jesús.
¿Qué es confiar en Jesús?
¿Qué es tener fe? Es reconocer que Dios es el creador y que es un padre bueno
que cuida de nosotros. Fe no es pedirle a Jesús cosas humanamente imposibles
para que se cumplan alterando el funcionamiento normal de las cosas. Esos son
milagros. Fe es saber que Dios nos ampara, está
a nuestro lado y nos acuna. Puede haber milagros y el relato del
evangelio los recoge. Pero no es eso lo esencial. Lo importante es dejarnos
llevar por el mismo Jesús. ¿Cómo nos dejamos llevar por él? Amando. Eso es lo
que hizo Jesús. Eso es lo que hace Dios: amar. Eso es lo que es Dios: amor. Eso
somos nosotros: amor.
Con esta canción puedes entenderlo
mejor, feliz domingo:
Solo él puede llevarle a usted a su meta, y solo él
le recibe a usted al final del camino.
Confíe en él y usted no necesitará ningún Gurú
exterior.
Había una puerta para la que no podía encontrar
ninguna Llave;
había un Velo más allá del cual no podía ver;
pareció haber por un momento
una pequeña charla
sobre Ti y sobre Mí
-y luego no se supo más de Ti ni de Mí.
Solo existe un gurú, siempre presente.
Todo el universo es su ashram.
No hace falta ningún camino que conduzca hasta aquí.
No hace falta encontrar aquello que nunca se ha
perdido.
Retorne a lo que usted era antes de su supuesto
«nacimiento» la emergencia de un cuerpo particular con el que usted se ha
identificado tan gustosa y negligentemente.
Sea en esa eternidad, que es un estado de totalidad,
aunque su cuerpo
se venga abajo; un estado de riqueza, aunque usted
no tenga ninguna posesión terrenal;
un estado de paz y de quietud imperturbables, aunque
el mundo a su alrededor estalle en llamas.
Ese estado antes del nacimiento es ahora, y siempre
ahora, debido a que es antes
del tiempo mismo, antes de que el tiempo, disfrazado
de «devenir», emergiera
como el concepto tiránico que gobierna nuestra vida
y nos esclaviza.
Es la realidad
sin cambio de la que ha brotado todo el cambio, el
espacio, el tiempo, la totalidad
del mundo de la experiencia, y todas nuestras
queridas ilusiones.
Está
llegando el verano y todos nos vamos a un sitio o a otro. Y los amigos van alejándose
de nosotros. Nos recuerda aquéllas palabras de Jesús cuando decía: "Hijos
míos, me queda ya poco de estar con vosotros".
Es un
momento de ternura y es el momento en que les dice que se amen unos a otros
como él nos ha amado.
Aunque la
situación es muy distinta nunca se sabe si va a ser la última vez que nos
vemos. Nos ha pasado con Pedro, del que nos despedimos con un “hasta pronto” y
se nos ha ido.
Nuestro
amigo Pedro se nos ha ido con el Padre. Amaba muchísimo a la Virgen, así que
ahora estará con ella. Y a los demás que vamos a dejar de vernos este verano os
decimos con ternura que os queremos y que sois nuestros amigos. Que Pedro pida
por todos y que a la vuelta nos reencontremos. Quizá estemos impactados por la
marcha de Pedro, pero por eso mismo queremos no llegar tarde a deciros que os
queremos.
Aula Magna Seminario Astorga, 1 mayo 2015, Día Región
Este año, como cada año, por la noche de la primera
jornada de nuestro encuentro de Hogares Responsables (más de dos mil) se han reunido
en pequeños grupos, en casa de los equipos parisienses, para cenar, hablar,
conversar fraternalmente. Y este año, como cada año en el curso de la segunda
jornada, me abordaron matrimonios que me hablaron con entusiasmo de su velada
de la víspera. Uno de ellos me decía “Al llegar éramos todos desconocidos unos
de otros; al marchar tenemos el sentimiento de ser parientes”.
¿Cómo explicar la extraordinaria “virtud” de estas
reuniones entre miembros de los equipos? Le pido a san Pablo que responda.
Sobre todo no dejéis de meditar los textos, tomados de sus epístolas, que voy a
proponer a vuestra consideración. Hacen comprender que Cristo se da a nosotros
no solamente de arriba abajo, quiero decir a través de la Jerarquía, los
sacerdotes, los sacramentos, sino también a través de nuestros hermanos,
horizontalmente. Esa es la experiencia que tiene lugar en nuestras reuniones; a
través de los hermanos que oran con gran simplicidad, a través de los que nos
dejan entrever su deseo de perfección y sus dificultades, por las alegrías y las
penas que nos confían, el Cristo que habita en ellos se da a nosotros. Es
porque en el gran Cuerpo Místico nosotros no somos solamente miembros de
Cristo, sino más aun “miembros unos de
otros” (Ef 4,25). Y tenemos necesidad de cada uno, cada uno es portador de
una gracia para los demás, que es particular en él. “Y no puede el ojo decir a la mano: « ¡No te necesito!» Ni la cabeza a
los pies: « ¡No os necesito!»… sino que todos los miembros se preocuparan lo
mismo los unos de los otros”. (1 Co 12, 21-25).
Alguien me confiaba un día: “Para recibir voy a Cristo,
para dar me vuelvo hacia el prójimo”. Le faltaba haber comprendido que Cristo
quiere darse a nosotros por los demás, que los otros son sacramentos de Cristo
para nosotros. El capellán de un campamento de estudiantes lo veía más acertado
y me decía: “Por la mañana vienen para que yo les de a Cristo; durante la
jornada soy yo quien va a ellos que, a su vez, me lo dan a través de su
alegría, su amor fraternal, sus reflexiones en el curso de intercambios de
puntos de vista. El Cristo que les he dado por la mañana me revierte, a través
de ellos, de mil maneras a todo lo largo del día”
He aquí pues algunos pasajes de san Pablo que nos exponen
las grandes leyes de la vida de equipo. Encontraréis en ellos consejos
preciosos para vuestras reuniones mensuales, y también para vuestro hogar.
La
palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y
amonestaos con toda sabiduría… (Col 3, 16)
¡Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de
toda consolación, que nos consuela en toda tribulación nuestra para poder
nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con
que nosotros somos consolados por Dios! (2 Co 1, 3-4)
Fijémonos
los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, sin
abandonar nuestras asambleas, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien,
animándoos; tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día. (Heb
10, 24-25)
Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna
falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y
cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. Ayudaos mutuamente a
llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo (Gal 6, 1-2)
Vosotros,
hermanos, habéis sido llamados a la libertad; pero no toméis de esa libertad
pretexto para la carne; antes al contrario, servíos unos a otros por amor.
(Gal 5, 13)
En fin – a todo señor todo honor – dejemos la conclusión
a san Pedro:
Que
cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos
administradores de las diversas gracias de Dios (1
Pe 4,10)
(Publicado en LETTRE MENSUELLE DES EQUIPES
NOTRE-DAME, Mars 1961, XIV/6)
El sábado día 20, de buena mañana, -el equipo nueve fue
el responsable de la organización de la campera-, nos reuníamos en el colegio
de las Hermanas Trinitarias, dispuestos para acoger a la gran familia de los
ENS. Estábamos algo nerviosos y a la vez expectantes debido a los cambios que
este año habíamos introducido, pero, por qué no decirlo, también satisfechos
por haber puesto todo nuestro cariño y voluntad para que todo saliera bien. Nuestro
lema, que pusimos a la entrada, era que teníamos que comenzar el día con la
cara bonita.
Después de la acogida, que nos pareció
bastante numerosa, compartimos con alegría y relajados unos vinos con aceitunas
y algunas cosas más. Ya sentados en las mesas, la comida, como siempre, fue
abundante variada y movida, pues, va de mesa en mesa buscando quien la coma, a
veces sin éxito.
Entre la comida y la Eucaristía hubo
canciones, se recitaron poesías y la representación de un sainete por parte del
equipo organizador.
En la Capilla, muy bonita por cierto, y
al comienzo de la Eucaristía nos presentaron al nuevo equipo sector.
En la monición de entrada, se dio las
gracias al Sector saliente por su buen hacer y al entrante por la buena
voluntad de llevar a cabo la misión encomendada que con la ayuda de todos y
sobre todo con la del Espíritu. No tenemos duda de que saldrá bien.También se aprovechó la ocasión para que el nuevo
matrimonio que comenzó su andadura a principio de curso en Le-12 hiciera la
lectura del compromiso con el Movimiento.
El resultado final de la jornada, no
somos nosotros los que tenemos que calificarlo. Solo decir que la impresión que
tenemos, después de oír algunos comentarios, es que fue una jornada muy
agradable y que el lugar elegido, también había sido acertado.
Esperamos y deseamos que todos se lo
hayan pasado bien, si no es así, pedimos disculpas por los errores que hayamos
cometido.
Por último decir que se echó de menos a
las personas que por distintos motivos no pudieron asistir.
Lucinio y Toñy
Los redactores del blog agradecemos al equipo saliente capitaneado por Juan y Angelines su entrega, su generosidad y su cariño. Nos hemos sentido queridos. Y damos la bienvenida al nuevo equipo sector para el trienio 2015-2018, bajo la batuta de Viti y Elvira. Ellos conocen el Movimiento y lo aman, saben que nos le va a faltar la cercanía de los equipistas, saben confiar en Nuestra Señora de los Hogares y saben que entre todos vamos a seguir haciendo de los Equipos un lugar donde se está bien, donde cuenta el amor que todos ponemos. Nada tenemos que esperar, solo ofrecer y amar. Así todo irá muy bien.
Si quitamos los miedos, veremos más claro, ahí está todo.
Domingo XII Tiempo Ordinario
21 junio 2015
Evangelio de Marcos 4, 35-41
Aquel día, al atardecer, dijo Jesús
a sus discípulos:
¾ Vamos a la otra orilla.
Dejando a la gente, se lo llevaron
en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte
huracán y las olas rompían contra la barca, hasta casi llenarla de agua. Él
estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron diciéndole:
¾ Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?
Se puso en pie, increpó al viento y
dijo al lago:
¾ ¡Silencio, cállate!
El viento cesó y vino una gran
calma. Él les dijo:
¾ ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis
fe?
Se quedaron espantados y se decían
unos a otros:
¾ ¿Pero, quién es este? ¡Hasta el viento y las aguas le
obedecen!
Vivimos llenos de miedos.
Buscamos la seguridad. Queremos que nuestro cuerpo sea eterno. Andamos llenos
de inseguridades, tensiones y sobresaltos. Corremos de un lado para otro buscando llegar
a muchos sitios casi sin saber para qué.
Invitamos hoy a parar. A
quitar, aunque solo sea por un momento, los miedos.
Invitamos a la calma.
Invitamos a leer este
evangelio y callar. No decir nada. Callar.
¿Qué me dice a mi hoy Jesús?
¿Estoy yo viviendo ese mismo miedo o peor que vivían los discípulos? ¿Por qué?
Invitamos hoy a quedar en silencio
y a notar en nuestro interior la
presencia de Jesús. Hoy Jesús vive. Hoy me está diciendo ¿por qué no crees en mí?
¿por qué no confías en mí?
Vamos a la Iglesia y rezamos
todos los días. Y está bien. Pero hoy Jesús nos pregunta ¿por qué no tenéis fe
en mí?
Invitamos a hacer estas
preguntas, sin pretender respuestas mentales. No las busques fuera. Están en tu
interior. Siéntate en tu casa y siente le presencia de Jesús: El te dirá. Quizás esta canción te ayudará a quitar el miedo y a confiar en Jesús.
Esta pintada nació entre los
Institutos de la ciudad de León, Giner de los Ríos y Lancia, como una palabra
de ánimo a una persona que lo estaba pasando mal.
Hay una canción que dice algo
así como: Una piedra en el camino me
enseñó que mi destino era rodar y rodar….
Y hoy encontramos estas dos
fotografías que nos han recordado la canción. La primera, la piedra en el
camino de nuestras vidas, al lado de nuestros pies. La segunda, la piedra
después de haber rodado mucho.
¿Y que nos dicen estas piedras?
Pues que podemos hacer con
ellas muchas cosas: Si fuera un escultor haría una pequeña figura, otros le darían una patada y rodaría, algunos
incluso la usarían para tirarla a algo o alguien, o sea, desarrollarían su
forma violenta de ser, pero a nosotros se nos ocurre que podríamos utilizarla
para poner algo fuerte en nuestros cimientos y no construir sólo sobre arena…. Es
más, nosotros la estamos utilizando para escribir este artículo para el blog.
O sea, las cosas, las
realidades pueden ser las mismas para todos pero cada uno las utilizamos de
forma diferente.
Ojala que la piedra en el
camino no detenga nuestro avanzar hacia la casa del Padre.
Tomarse en serio a uno mismo es saber mirarse, con ojos
limpios, en el espejo de la vida. Es reconocer la debilidad pero sin sucumbir a
ella. Es enamorarse. Es complicarse los días. Es tropezar, y volver a
levantarse las veces que haga falta. Es no cerrar la mente a las grandes
preguntas que nos enfrentan con el amor, la muerte, y con el mismo Dios.
Es reconocer que me voy a
equivocar muchas veces, pero tener la humildad suficiente para saber
reconocerlo.
Es darme cuenta que Dios me
quiere, que me ha elegido, que siempre está ahí para lo que yo quiera, que Él siempre
me ama.
Es aceptar que puedo estar
desorientado, que puedo herir, que puedo ser indiferente, pero que siempre
tendré la oportunidad de cambiar el rumbo.
Es darme cuenta que Dios no
me pide nada que yo no quiera dar, que lo que Él me pide es aquello que yo puedo
dar.
Tomarse en serie es reconocer
que cada uno de nosotros somos personas únicas e irrepetibles. Que lo más
grande lo hemos recibido gratis y gratis hemos de darlo: la propia vida.
Pero no con la seriedad de
un semblante sombrío, ni con falta de alegría. Vivir –o tomarse la vida– en
serio, es saber que nuestro tiempo es valioso. Que es mejor amar que odiar, y
es mejor dar(se) que ahorrarse para nada. Es elegir algunas causas por las que
dejarse la piel, batallas que te quiten el sueño, que te suban al cielo, que te
arranquen sonrisas y te llenen de anhelo. Hay tantas facetas en cada historia
donde podemos ponerlo todo en juego: el estudio, el trabajo, el amor, la
familia, el cansancio, el descanso…
Y añadimos:
Porque vivir es entregarse,
desgastarse, implicarse. Vivir también es sufrir porque el dolor va unido a la
vida. Pero no es quedarse en el sufrimiento, sino aceptarlo para superarlo.
Porque vivir es salir de
nuestro mundo personal y dejar que los demás se acerquen. Más aun. Es acercarme
yo a ellos y sentir la presencia del otro.
Porque vivir es también enfangarse
en los problemas de los demás. Porque
nadie nos puede ser indiferente.
Porque vivir es vibrar, es
sentir, es amar.
Para los equipistas vivir es
hacerlo a dos, ambos –hombre y mujer- porque hemos querido hacer el proyecto
vital juntos. Confiando en Dios.
Querida familia de Equipos
de Nuestra Señora, queremos expresaros el gozo que hemos sentido el pasado
sábado 13 de junio cuando tuvimos el gusto de acoger en nuestra querida
Cantabria el último colegio regional del curso, donde nos dimos cita 25
personas de una talla vocacional impresionante.
Queremos agradecer a nuestro
consiliario el padre Nicanor Maillo por poner a nuestra disposición las
instalaciones del Santuario de Ntra Sra de las Caldas para acoger este acto,
sito en un enclave embriagador de bosque verde y frondoso acompañados de los
vestigios aún latentes de lo que un día fue un monasterio con 200 personas en
su interior poblando dichas instalaciones. También nos gustaría señalar el
estupendo servicio del restaurante que nos acogió con un menú magnifico en
calidad y presentación. Pero nuestra gratitud más esmerada es para esta familia
que se desplazó desde los diferentes sectores de la región para poder disfrutar
de su presencia.
Queremos mostrar nuestro
agradecimiento igualmente a los sacerdotes José Juan y Paco Centeno por sus
palabras de aliento y empuje y de igual modo a todos los asistentes Responsables
de Sector y de EDIP, porque nos habéis hecho sentir parte de esta gran familia
de los ENS, quizás al principio estábamos un poco tensos por las ganas de que
todo saliera bien, pero queremos confesaros que esta tensión quedó disipada con
la alegría y la calidez de vuestra empatía.
Nos hemos sentido con el
corazón alterado ,pendientes un poco de
todos los movimientos y demandas que se os ofreciera y con la mente serena y
confiada a seguir aprendiendo de las enseñanzas con las que nos deleitáis, no
tanto por lo que decís sino, como lo decís. Hay una riqueza en vuestras
actitudes y comportamientos, que estamos decididos a adquirir todo lo que tengamos
capacidad de asumir.
Querida familia muchas
gracias a todos porque desde nuestra pequeñez de nuestro presector sentimos que formamos parte de algo grande,
algo muy valioso y que nos hace muy felices y eso nos colma de alegría y fuerza
para que a nuestro espíritu el Señor le
siga animando a colaborar con vosotros.
Un beso muy grande para
todos y un abrazo cargado de inmensa gratitud.