domingo, 12 de julio de 2015

FRATERNIDAD


Domingo XV Tiempo Ordinario

Evangelio de Marcos 6, 7-13

         En aquel tiempo llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
         Y añadió:
         - Quedaos en la casa donde entréis hasta que os vayáis de aquel sitio.
         Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.
         Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

El evangelio que hoy leemos tiene un mensaje para nosotros, nos está indicando una manera de ser cristianos. Nos invita a mezclarnos con la gente y estar con ellos, participando de sus alegrías y acompañando en sus dificultados. El cristiano no es una persona que se sube en un pedestal y enseña lo que ha aprendido. El cristiano es el que está en el mundo, entre la gente, dando testimonio de que lo vive: la realidad del amor. Jesús invita a arremangarnos y pisar el barro de los problemas de la gente. Es lo que está haciendo el papa Francisco en su viaje a algunos países –los tres más pobres- de América del Sur. Esta es la misión que tenemos, todos los cristianos: desde la vida intensa personal implicarnos en las necesidades humanas. Ser solidarios. Ser hermanos.

Lo decimos con un poema de Blas de Otero:

 Hablamos de las cosas de este mundo. 

Escribo 
con viento y tierra y agua y fuego. 
(Escribo 
hablando, escucheando, caminando.)


Es tan sencillo 
ir por el campo, venir por la orilla 

del Arlanza, cruzar la plaza 
como quien no hace nada 
más que mirar el cielo, 
lo más hermoso 
son los hombres que parlan a la puerta 
de la taberna, sus solemnes manos 
que subrayan sus sílabas de tierra.


Ya sabes 
lo que hay que hacer en este mundo: andar, 

como un arado, andar entre la tierra.


Esta es la cuestión: andar entre la tierra, implicarse, meterse entre la gente, saber lo que le pasa y qué quieren, acompañar, andar como un arado, mojarse, arremangarse, pisar la realidad…y todo ello como si fuera nuestro. Esto es, sentirse hermanos.

En este video se refelja muy bien, feliz domingo:


No hay comentarios:

Publicar un comentario