jueves, 23 de julio de 2015

TROPEZAR





La vida nos hace tropezar muchas veces y la mayoría no estamos ya para tropiezos, porque no somos como los niños que parece que rebotan, se levantar otra vez y siguen jugando como si fueran de goma.

Pero nuestros huesos están duros y las caídas traen consecuencias, que si una mano rota, que si la cadera, que si la columna…

Pero no es sólo a nivel físico, también a nivel espiritual tenemos muchos tropiezos y tenemos que volver a levantarnos. Pero nuestro cerebro está entumecido, rígido y nos cuesta salir del tropiezo. Pero no temamos. Los cristianos tenemos al Espíritu Santo que nos renueva y nos hace jóvenes en cada momento. Así que como dice el texto anterior no nos encariñemos con la piedra que nos ha hecho caer, dejémosla rodar y nosotros sigamos en camino que el Espíritu nos va marcando.



Huellas

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