BUSQUEMOS JUNTOS A DIOS

El sábado pasado, en la parroquia El Salvador, tuvo lugar, oficialmente, la apertura de este curso 2012-2013. Con muy buena asistencia, muestra evidente de que hay ganas de iniciar el camino de un nuevo curso, a la hora prevista, las siete de la tarde, comenzamos la marcha. Y qué mejor que, reunidos todos en torno al altar, caminar junto a Jesús. La eucaristía es la mejor vianda para el camino. Jesús es el compañero inseparable, quien va guiando nuestros pasos, si nos dejamos guiar.

Juanma, nuevo consiliario de sector, comenzó fuerte: os hago una invitación a vosotros, los laicos, a que despertéis. Ya hace mucho que es el tiempo de los laicos. Y eso tiene que notarse. Esta es la Nueva Evangelización. Y, de nuevo, la parábola del samaritano le sirvió para despertar los corazones de tanta buena gente que allí estábamos.

Destacamos el sí de Mª José y Daniel y Sofía y José Luis quienes, después de un año de pilotaje, se incorporan a los equipos 11 y 12, respectivamente. Bienvenidos. Enhorabuena por esa decisión de incorporaros al Movimiento.

 

Y de la iglesia, al salón donde Juan y Angelines nos transmitieron sus vivencias en la apertura del curso en Madrid, que habían tenido el fin de semana anterior. Y se refirieron a:

Lema del curso: Busquemos juntos a Dios.

Y a los Objetivos del curso:

1.- Profundizar en el sacramento del matrimonio

2.- Revitalizar la oración conyugal y la sentada

3.- Comprometernos con la Nueva evangelización

Y dieron paso a Pedro Pablo y Mª Ángeles, responsables regionales, quienes a través de un video (es una pena que la informática falle, a veces, en el último momento) nos transmitieron las imágenes, pero sobre todo las vivencias del IX Encuentro Internacional de Brasilia del mes de julio pasado. Vivieron el cariño de 7.500 personas que quisieron compartir la misma fe. El centro del encuentro fue el samaritano, que es el mismo Jesús. Ahí están las conferencias publicadas y el video que podremos ver en nuestras casas para llenarnos de la ilusión que es seguir a Jesús.

Tiene que pasar el tiempo del miedo, de la pereza y de la indiferencia. Nosotros, los laicos, somos el fermento de esta sociedad. Nuestro testimonio no pasará en vano. Y para ello, es imprescindible contar con ÉL. Sin oración nada va a ser posible. No queramos hacerlo todo nosotros solos. Dejemos que Dios haga los suyo, que es aquello donde nosotros no lleguemos.

Nos quedamos con esta estrofa que cantamos:

Aunque te digan algunos,

que nada puede cambiar,

lucha por un mundo nuevo,

lucha por la verdad.