domingo, 30 de septiembre de 2012

LOS NUESTROS SON TODOS


Iglesia de Valderilla de Torío

Es el Domingo XXVI Tiempo Ordinario y el Evangelio de Marcos 9, 38-48, dice así:


En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

 Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.

Jesús respondió:

 No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.

Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo.

Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado con los dos ojos al abismo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.



Le hemos querido impedir hacer el bien porque no es de los nuestros. ¿Quiénes son los nuestros? ¿Los de nuestro grupo, los de nuestro Movimiento, los de nuestra familia, los que son cristianos? Ya está bien de reduccionismos, de estar en círculos cerrados, en Movimientos estufa… Los nuestros es cualquier persona y todas las personas….aunque piensen distinto, aunque no nos gusten, aunque tengan ideas o creencias distintas o no las tengan…Esos son los nuestros. Porque los nuestros son todos.

Quien quiera seguirnos lo hará porque nuestro testimonio les gusta, y quien no nos quiera seguir será porque busca otras cosas. Pero, ¡cuidado!, los nuestros son todos. Aunque estemos más a gusto con unos que con otros.

Desechemos la exclusión y preguntémonos por qué la gente se aparta de la Iglesia, por qué ha dejado de interesarla, por qué han cambiado tanto los tiempos.

Desechemos las imposiciones, juzgar a los demás y querer que hagan y piensen lo que nosotros consideramos lo mejor.

Desechemos el fanatismo y la intolerancia.

Cada ser humano ha de buscar en su interior y es ahí donde va a encontrar su camino. El suyo. Que será distinto al tuyo y al mío.

Todos somos de lo mismo. Todos somos de Dios. Y Dios es tal grande e inalcanzable que no somos quienes para poner límites a los demás.

Acabo con esta anécdota tomada de Amos Oz recoge en su libro Contra el fanatismo (Debolsillo, Barcelona 2005): .

“Alguien se sienta en la terraza de un café junto a un anciano, que resultó ser el mismísimo Dios. Al enterarse, se dirige a él con una pregunta que le había acompañado siempre: «Querido Dios, por favor, dime de una vez por todas: ¿qué fe es la correcta? ¿La católica romana, la protestante, tal vez la judía o acaso la musulmana? ¿Qué fe es la correcta?». Y Dios dice en esta historia: «Si te digo la verdad, hijo, no soy religioso, nunca lo he sido, ni siquiera estoy interesado en la religión»”

1 comentario:

  1. Huir dl fanatismo y la intolerancia, no apropiarse de Cristo para nuestros intereses, dejar libertad a las personas...sin eso no merece la pena ser cristianos, mejor aún sin sin no seremos cristianos.

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