jueves, 13 de septiembre de 2012

LA CONCORDIA





Seguimos con otro de los enigmas del claustro de la Universidad de Salamanca

En el cuadro aparece en el centro un caduceo, un bastón para caminar, con dos serpientes mirándose. El atributo está relacionado con la fábula de Mercurio, que tiró su vara entre dos serpientes enzarzadas en pelea, consiguiendo así su reconciliación. Por los lados, cuatro elefantes: abajo, dos que se dan la espalda enfadados, siendo devorados por hormigas y destinados a empequeñecer, mientras, arriba, otros dos se miran amistosos y, de hormigas que eran, están alcanzando ya el tamaño de elefantes por la fuerza que da la amistad. La leyenda, sacada de Salustio, dice: «Con la paz y la concordia las cosas pequeñas crecen, con la discordia se deshacen».

Ante esas ideas opuestas se pueden adoptar dos posturas:

- colaborar (darse la cara) y así de hormiga te convertirás en elefante

- no colaborar (darse la espalda): de elefante te convertirás en hormiga


En la Iglesia después de siglos de gran poder social, los cristianos hemos de hacernos pequeños, recordando el gesto humilde del sembrador. Saber que hemos de trabajar juntos, mirándonos de frente para así engrandecernos y crear un futuro mejor.

En cambio si las personas nos damos la espalda, pensando que pertenecemos a mundos o ideales distintos, cada vez nos iremos empequeñeciendo más y convirtiéndonos en hormigas

En medio de una sociedad cada vez más indiferente a dogmas religiosos y códigos morales, hemos de buscar la única “receta” que vale para todos, es el AMOR. Tarde o temprano, los cristianos sentiremos la necesidad de volver a lo esencial. Amándonos, mirándonos a la cara, seremos comos esas hormigas que se convierten en elefantes.


Huellas

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con la valía de la amistad: hace grande la pequeño e insignificante, una mirada, una caricia...es suficiente para derritir barreras. Bonita reflexión. Para aprender de ella. IRIS

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