Hazme ver, Señor,
mis fallos y culpas,
los que no veo y los que no quiero ver.
Los stops a tu llamada,
los silencios ante la injusticia,
los talentos que no desarrollo,
la pereza de retomar tu camino,
la alergia a todo esfuerzo,
el apego a mi estatus,
el miedo a lo nuevo,
el bien que no hago,
esas diarias justificaciones…
Y, también, mis
cumplidos por quedar bien,
mis ganas y manejos por ser el centro,
mis críticas ácidas que matan ilusiones,
mi desamor que justifico como falta de tiempo,
mi soberbia escondida y su falsa protección,
mis sentimientos mal encauzados que me anegan,
mis frenos a la generosidad ajena,
mis batallas oscuras y sin causa,
mi ridícula dignidad…
Hazme ver, Señor,
mis fallos y culpas,
los que no veo y los que no quiero ver.
Ábreme los ojos y el corazón.
Lávame, despiértame y renuévame.
Florentino Ulibarri.
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