“Estaba lamentándome del pasado y temiendo el futuro...
De repente «mi Señor» estaba hablando: «MI NOMBRE ES YO SOY».
Hizo una pausa. Esperé. Él continuó:
Cuando vives en el pasado, con sus errores y pesares, es
difícil. Yo no estoy allí. Mi nombre no es Yo fui.
Cuando vives en el futuro, con sus problemas y temores,
es difícil. Yo no estoy allí. Mi nombre no es yo seré.
Cuando vives en este momento, no es difícil. Yo estoy
aquí. Mi nombre es YO SOY”.
La religión teísta, con la expresión “mi Señor”, se
refiere a la divinidad. Lo cual es absolutamente legítimo. Sin embargo, me
parece más ajustado afirmar la no-separación de todo, por lo que tal expresión
puede entenderse como otro nombre de aquel Fondo común que compartimos todos
los seres, y que, aun sin agotarse en las formas, constituye el núcleo de todas
ellas. En ese sentido, la citada expresión nos remite a nuestra identidad más
profunda, que puede nombrarse también como “Yo Soy”.
Esta lectura no-dual nos revela algo profundo. Cuando
perdemos la consciencia del momento presente, nos alejamos de quienes somos.
Por el contrario, en cuanto acallamos la mente y venimos al aquí y ahora,
escuchamos en nuestro interior a nuestra verdadera identidad –nuestro “Señor
interior”- que nos susurra: “Yo soy”, todo está bien.
Helen Mallicoat
No hay comentarios:
Publicar un comentario