En el santuario Virgen de Velilla |
Estamos en verano. Los días son
largos, el tiempo invita a ir con poca ropa, a ir libre, suelto. A salir de
casa, a pasear, a ir a la piscina.
Invita a la tertulia, a las relaciones sociales. Este buen tiempo invita a tomarse
una caña, o un café al aire libre.
Vamos a aprovechar la
ocasión. A llamar a ese amigo del que hace que no sabemos de él. A invitar a un
hermano. A hablar con los padres. A sentarnos con los hijos. A llamar a los del
equipo. A cercarme a alguien.
Vamos a aprovechar este buen
tiempo para hablar de “tu a tu” con Dios. Esto es, con palabras sencillas, sin
discursos, sin rodeos. Vamos a decirle lo que nos sale del alma, lo que de
verdad nos pasa.
No necesitas ir a ninguna
iglesia, ni recorrer un largo camino. Dios está a tu lado, Dios está dentro de
ti. Busca un lugar agradable. Estate ahí. Dios no necesita palabras. El ya
conoce lo que te pasa. Estate ahí, simplemente. En silencio. No hagas más.
Siéntele. No es necesario más.
Vamos a aprovechar este buen
tiempo para sonreír, para poner en gesto agradable. Sonríe. Quita la cara
larga. Sonríe. Dios es sonrisa. No se te olvide sonreír.
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