Para
seguir a Jesús no es suficiente el bautismo. De hecho todos conocemos a muchos
bautizados que dicen no creer en nada. Es necesario empaparnos del Espíritu
Santo. Por eso San Juan Bautista decía:
“Yo os bautizo con agua, pero otro vendrá
que os bautizará con Espíritu Santo”.
Hoy
estamos viviendo unos enormes cambios culturales y los cristianos nos
preguntamos qué hacer. Pero antes que eso deberíamos preguntarnos cómo estamos
nosotros acogiendo al Espíritu que nos guía.
¿Qué estará
buscando el Espíritu? ¿por qué caminos nos estará buscando? ¿estamos en ese
camino? Debemos renovarnos por dentro porque el Espíritu no nos habla en balde.
Algo nos quiere decir.
Estamos
difuminando al hombre con tanta norma, en la que muchas veces sólo vemos
rigidez y poco amor. Quizá sea bueno tener una iglesia pobre, débil, humilde,
para que todos veamos en ella el Reino de Dios, que es el Reino del amor.
Huellas
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