Siento dentro de
mí, Señor, un profundo deseo de vivir.
A pesar de mis
sufrimientos, de mis penas y fracasos,
a pesar de mis
incertidumbres, dudas y oscuridades,
amo la vida que Tú
me has dado, y digo un sí
del cual todavía
no acierto a ver las consecuencias.
No me importa que
me tomen por ingenuo optimista
mientras yo pueda
decir que es tu ilusión en mí.
No me importa que
me consideren siervo encadenado
mientras yo sienta
y transmita deseos de vivir y dejar vivir.
Señor, renuevo
hoy, una vez más, mi sí en la vida;
y asumo, ante Ti,
el compromiso de darle cuerpo y espíritu
con todo lo que
tengo y soy, con tu aliento,
en su riqueza y
miseria, en su pequeñez y grandeza.
Y si alguna vez me
desdigo
y estoy a punto de
hacer el ridículo,
renueva, oh Señor,
tu compromiso conmigo,
para que pueda
vivir como hijo, de nuevo.
Florentino
Ulibarri.
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