Nos ha
gustado esta frase porque los cristianos a veces estamos asentados en la
tradición y la única decisión que tomamos es criticar a los que toman
decisiones. Pero para ser feliz de verdad hay que tomar decisiones drásticas.
Es posible
que estas decisiones nos traigan críticas de quienes se sienten a gusto sin
cambiar nada. Pero creemos que el mundo está cambiando y nosotros debemos
aceptar que en ese mundo es donde Dios nos puso y es donde tenemos que llevar a
cabo los cambios que sean necesarios para que el Reino de Dios sea visible.
Muchas
veces parece que llevamos dos siglos de retraso con respecto a los no creyentes
y no vale que digamos que ellos hacen cosas que no debemos hacer. Son a veces
personas acogedoras, que no critican, que se dedican a amar y trabajar por los
demás. Podemos aprender mucho de ellos. Seamos menos criticones y demos la
cara. Cuando tengamos que decir algo digámoselo a la persona que necesita esa
crítica y no nos escondamos en hablar en grupo sin dar la cara, Tenemos mucho
que avanzar en el amor.
Huellas
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