Ayer nos
decía nuestro hijo que en Madrid cuando una cosa resulta fresca, se dice que es
una cosa Francisco, porque nuestro papa es así, fresco.
¿Y
nosotros somos frescos o bien olemos a rancio?
Creemos
que la Iglesia debe abrir muchas ventanas para que entre el frescor de la
primavera y así no haya riesgo de apolillarnos. Y cuando hablo de la Iglesia
hablo de todos. No pensemos siempre en los demás. Nosotros muchas veces olemos
a cerrado, a humedad…
Estamos en
mayo y el campo huele a hierba recién cortada, a flores, y es un buen momento
para airearnos. Es un mes precioso, aunque a veces dicen que para los
depresivos es mal momento.
Por eso
antes de caer en la depresión abramos las ventanas, saquemos de paseo nuestra
ideas, respiremos aire fresco, seamos un poco Francisco.
Feliz
primavera a todos
Un abrazo
Huellas
Bonito e instructiva reflexión. A todos nos vendrá bien. Setarcos
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