Salón del Pendón. San Isidoro. 40 años ENSLEON |
Es posible
aprender de lo que está quebrado, de lo que se ha roto y ya no se puede juntar,
de lo que nos dio la espalda y nos cerró las puertas, de los tropiezos y las
medias rotas.
Es posible
aprender de las cuentas que no nos cuadran y de los aplausos que no recibimos,
de los besos que queriendo dar no dimos y de los abrazos que dimos sin
quererlos dar.
Es posible
aprender de los votos que no tuvimos, de las listas que nos cerraron, de las
veces que nos engañaron, de los reproches inmerecidos.
Es posible
aprender de los que tienen otros credos o visten otros colores o sueñan con
otros dioses o cantan otras canciones.
Es posible
ser en un momento todo y en un instante nada, ¡como si el todo y la nada fueran
plazas distintas!. El círculo es redondo y todos los puntos acaban
convergiendo.
Es posible
aprender de los propios errores, bajarse del caballo que nos lleva al abismo,
pararse, sentarse, descalzarse y arrojar lejos las piedras almacenadas durante
años en nuestros propios zapatos. Que mejor se viaja sin ellas.
Es posible
dejar de ser perfecto y emborronar con tinta de colores la propia vida, pisar
charcas como los niños libres, que a uno le llamen loco sin estarlo y
aventurarse a hacer locuras.
Son posibles
tantas cosas, tantas, que merece la pena no dejar de ser humano.
VTM
Y no solo es posible aprender de los errores y de lo que nos ha salido mal...es ahí cuando más se aprende, es ahí donde nos hacemos más humildes, es ahí donde somos más cristianos. Setarcos
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