Tú, mi Dios,
Señor y Amigo,
Compañero de
destino,
es bueno
sentirte cerca,
cuando la
noche se acerca
y se
oscurece el camino.
Estás allí
donde voy
amándome
como soy,
que nunca
has estado ausente,
en el
momento presente,
compañero
donde estoy.
Mi lucha y
mi derrota
mi llanura y
soledad,
mi canto, mi
paz, mi pan,
mi Mensaje y
Mensajero,
a quien
quiero, por quien quiero,
Dios amigo,
compañero,
compañero,
compañero...
María Isabel Pereda.
Bonito resulta sentir a Jesús compañero, siempre, pero aun más en este tiempo de pascua.
Bonito resulta siempre tener a Jesús como amigo, qué oportunidad tan buena en este tiempo de pascua.
Jesús, amigo, compañero. Con eso me basta,
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