LA AMISTAD TRANSFORMA NUESTRA FORMA DE VER LAS COSAS

Esta frase de T. Radcliffe nos ha hecho pensar. Cuando nuestros seres queridos piensan de forma distinta a nosotros, de hecho nos sentamos a hablar y tratamos de entender sus formas de pensar. Y sobre todo estas ideas distintas nunca nos alejan del amor que los tenemos. Y esto es así porque los queremos y al hacerlo valoramos sus palabras de otra manera e incluso nos planteamos hasta qué punto podemos estar nosotros equivocados y no ellos.

Lo mismo sucede con Dios. La amistad con Dios nos hace ver el mundo con gratitud. Ante esto podemos preguntarnos ¿de qué forma la fe en Jesús cambia nuestra forma de ver el mundo? Dios creó el mundo para nosotros y si no vemos en él nada bueno quizá se deba a que nuestra amistad con Dios no es tan fuerte como decimos.

Ya nos decía San Pablo que “la caridad todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera” ¿No estamos hablando de lo mismo?

Cuando procuramos ser amigos de los demás, también de los que piensan distinto, seremos capaces de excusar, creer, esperar y tolerar muchas cosas. Ejercitemos pues esa caridad, esa amistad, ese amor. Hasta de una piedra se obtiene belleza, porque la semilla del amor de Dios está dentro. Si el amor fuera el centro de nuestra vida lograríamos cambiar el mundo y acercarlo a ese Padre bueno que nos está esperando.

Huellas