La paz en el mundo, en las relaciones interpersonales, en la propia familia, en nuestra propia casa, depende de cada uno de nosotros. Nos ha gustado un artículo de Carmen Herrero Martínez que nos invita a ser instrumentos de paz. Reproducimos el siguiente párrafo:
Pero, ¿qué hacer y cómo proceder para ser instrumentos de
paz en un mundo en continuo conflicto? Cuando la paz se quiebra, sea a nivel
que sea, no podemos echarle toda la culpa al otro ni únicamente a los
acontecimientos; pues yo también tengo mi parte de responsabilidad, y si no lo
reconozco estoy acentuando el conflicto y la discordia; sin jamás darme la
oportunidad de llegar a la reconciliación, tan necesaria para la paz. Echando
la culpa a los demás no podemos avanzar por el camino de la paz. Reconocer los
errores, los fallos y desaciertos, e incluso la omisión, es un comenzar a
reconstruir la paz a nuestro propio nivel y entorno. La paz se quiebra
fácilmente, rehacerla es mucho más difícil, todo un arte que requiere tiempo y
paciencia y empeño. Dice el salmista. “Busca la paz y corre tras ella” (Sal
34,15).
Los interesados en leer el artículo completo podéis pinchar aquí.
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