Queridos amigos:
Ha pasado la Semana Santa y celebramos
la Pascua. La Pascua es un paso, un ir de la muerte a la vida, así que se nos tiene
que notar la alegría de la resurrección.
Tras un tiempo de frío y heladas, ha
vuelto la primavera y el sol de la nueva vida nos acompaña.
Diréis vosotros, sí, pero vuelve a
llover. Es natural, es el agua del Espíritu la que nos debe calar. Dejémonos
inundar hoy por ese agua que nos refresca y nos hace renacer. No podemos ser
personas que no nos movemos, tenemos que crecer para que se nos note la Pascua.
El Espíritu no nos dejará nunca.
Un abrazo
Huellas
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