Barlovento. Isla de La Palma |
Necesitamos vivir desde lo más profundo, desde
nuestra interioridad habitada por la divinidad…
Porque vivimos como aletargados,
anestesiada nuestra humanidad. Necesitamos despertar.
Porque vivimos como distraídos,
saturados de estímulos. Necesitamos poner atención.
Porque vivimos como alterados,
irritados e irascibles. Necesitamos volver al centro.
Vivir desde dentro… Desde la sincera
necesidad de vivir plenamente. Cultivando vida de calidad.
Vivir desde dentro… Dándome cuenta de la verdad... Liberarme
de fantasías y tergiversaciones de la realidad. Observar sin juzgar, aceptar
sin resistencia pero sin resignación.
Vivir desde dentro… Estando presentes
en el presente. No dejar que nos arrastre la ansiedad de lo que
vendrá, ni el sufrimiento de lo que ha sido. Estar aquí, siendo y haciendo con
atención.
Vivir desde dentro… En silencio. Aquietar, serenar,
pacificar, reconciliar… Volver al centro de nuestro ser y reconocer la
presencia divina que habita en el corazón y en quien habitamos siempre.
Vivir desde dentro… Orando. Individual y colectivamente.
Cultivando la relación natural con Dios; y las relaciones cotidianas desde
Dios.
Vivir desde dentro… Liberándome de mis
expectativas, de búsquedas compulsivas, y de muchas interpretaciones; aprender
a desapegarme y recibir, agradecer, compartir y dar gratuitamente.
Vivir desde dentro… Liberando a los demás de
juicios, etiquetas y sentencias estériles. Dejar de atacar y culpar
infantilmente. Asumir la parte de responsabilidad que a cada quien nos
corresponda.
Vivir desde dentro… Cuando haya buen clima,
y cuando haya tempestad; por la noche o en el día. Sonriendo con buen humor y
respirando hondo con esperanza y amor.
Vivir desde dentro, para relacionarme sanamente
conmigo mismo(a), con las demás personas con la creación y con Dios. Que la vida, en mí y en
cada criatura, me fascine y conmueva.
Vivir desde dentro, no es buscar simplemente
relajación, sino realismo que pacifique.
Vivir desde dentro, no es buscar simplemente el
confort, sino el Reinado de Dios.
Vivir desde dentro, no es aislarse ni
ensimismarse, sino abrirse a la comunicación.
Vivir desde dentro, confiando en Dios…
Vivir desde dentro, comulgando con Cristo y en
Cristo...
Vivir desde dentro, invocando y evocando al
Espíritu Santificador…
Vivir desde dentro para ser quien soy, estar
como estoy, y hacer lo que me corresponda hacer.
Vivir desde dentro, sin miedo a morir, pero
disfrutando, en cada instante, vivir.
Nota de la redacción.- Seguimos desde la Región insistiendo en la tarea de difusión del Movimiento. Hemos publicado una nueva entrada en la web de la Región. Puedes leerla pinchando AQUÍ
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