Estamos
pasando tiempos muy duros y muchos valores que creíamos que estaban bien
cimentados empiezan a tambalearse. A pesar de que en Navidad todos repetimos lo
de "¡Paz a los hombres y mujeres de buena voluntad!" y lo decimos
casi sin pensar, lo cierto es que es algo por lo que deberíamos luchar cada
día.
Todos
damos por hecha la buena voluntad pero no todo el mundo se deja llevar por la
buena voluntad o, bien, los principios morales desde los que actúan están
equivocados.
La actual
crisis económica, de la que parece que comenzamos a salir, tiene nombres y
apellidos: personas que se han enriquecido a costa de otras sin importarles que
esas otras se queden prácticamente en la calle y sin lo más elemental para
vivir. Esas personas que sólo pensaron en su beneficio, sin pensar en el
sufrimiento humano que ello podría generar, nos hablan de la falta de esa
“buena voluntad”.
Con esto
lo que estamos queriendo recordar es que la voluntad de hacer el bien hay que
trabajarla, no se da por sí misma. Ojala que cada uno de nosotros tengamos un gesto de buena
voluntad hacia los demás. Esto sería una buena forma de trabajar este año por
la paz.
Huellas
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