Los fenómenos naturales están ahí y el hombre los controla,
cuando puede, y se adapta a ellos. Es difícil luchar contra el fuego, más difícil
puede ser hacerlo contra el agua, en ocasiones el simple viento se convierte en
un elemento difícil de compaginar nos nuestros intereses. El mundo es así y
Alguien puso esas leyes que el ser humana va descubriendo y aceptándolas. No
están esos fenómenos para jorobar al hombre, están ahí porque son inevitables
en el orden natural.
Nuestra vida es parecida a esos fenómenos naturales. Habrá
momentos de dificultad, de enorme dificultad e incluso insuperables, por mucho
que queramos hacer no es posible ir por donde queremos.
Hoy invitamos a nuestros amigos del blog a ser conscientes
de que podemos encauzar nuestras dificultades, podemos abandonarnos a ellas en el
sentido de tratar de ver qué nos quieren enseñar. Están ahí por algo. No están
para fastidiarnos. Son consecuencia de muchas cosas. Hay que aprender a leerlas,
a descubrirlas, a integrarlas y a aceptarlas.
Para poder hacer esto os invitamos a confiar en el
Espíritu. Dios nos ha dejado el Espíritu Santo para nuestra ayuda. Háblale a
Él, escúchale y confía. Así sabrás encauzar las dificultades y dejarás de
sufrir a lo tonto.
Qué bien lo dice el poeta León Felipe:
No andes errante...
y
busca tu camino.
—Dejadme—.
Ya
vendrá un viento fuerte
que me
lleve a mi sitio.
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