LA CUARESMA Y NOSOTROS

Estamos en Cuaresma y es momento de preguntarnos cómo va nuestra relación con Dios. Esta pregunta nos inquieta, porque vemos que hemos ido alejándonos poco a poco de nuestras certezas anteriores. Y nos preguntamos ¿estará bien o estaremos perdiendo la fe?

La verdad es que ha sido un proceso lento, pero continuo, casi ni nos hemos dado cuenta, pero poco a poco empezamos a dudar de muchas cosas. Esto nos preocupó cuando finalmente fuimos conscientes de ello y empezamos a tener muchas dudas.

Pero a la vez que iba sucediendo se iban agrandando nuestras seguridades en el valor del amor, la ternura, la bondad, la confianza…

Y eso nos ha dado tranquilidad, porque en definitiva cada vez vemos más claro que el centro de la vida cristiana es el amor y lo que ello conlleva.

¿Qué nos importa si este hecho o aquél que nos cuenta el Evangelio sucedió así o de otra manera o no sucedió y es un recurso literario? No queremos tener una fe infantil en la que creamos en Dios porque hizo esto o aquello.

Lo importante es que ese Jesús del que nos habla la Biblia nos enseña que nos ama profundamente y que amar es lo único importante, que hemos de estar cerca de los demás, porque en los demás está Dios.

Y es lo que nos debe hacer felices a los cristianos. Somos distintos porque sabemos que Jesús está en nosotros y esto nos trae paz interior. No nos importa estar rodeados de personas que piensan distinto, porque también tienen una belleza enorme, son también imagen de Dios.

Creemos que tener fe es confiar en un Jesús que nos ama, que nos dejó aquí al Espíritu Santo para darnos calor, luz, paz… y que nos seguirá amando aunque fallemos. ¡Qué maravilla sentirnos así queridos!

Un abrazo amigos

Huellas