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| Jerusalén, donde Jesús fue alabado y aclamado |
Hoy celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado por la gente, con cantos y palmas. Hoy no hay penas ni sufrimientos ni tristezas. Hoy todo es fiesta y alegría. Viene a vernos el Mesías, Jesús está entre nosotros. Lo celebraron los contemporáneos y lo seguimos rememorando nosotros en este Domingo de Ramos.
Hoy no es necesario mirar para atrás ni pensar en el horizonte que nos espera. Tampoco es tiempo de pensar en la postura tan cambiante que tuvieron y que tenemos, según suceden los acontecimientos.
Hoy queremos detener el tiempo y disfrutar de la fiesta. No queremos que pase, queremos que sea un domingo muy largo. Porque hoy queremos alabar, ensalzar a Jesús. Su vida y sus palabras nos han convencido. Y por eso hoy estamos, sin reservas, con Jesús.
Movemos nuestras palmas al cielo y damos la bienvenida a este Jesús que llega a Jerusalén, a nuestras ciudades y a nuestras casas.
Me gusta la fiesta, la alegría, lo positivo.. como se hace en la reflexión
ResponderEliminar¡Qué efímeras son nuestras palabras, aplausos!. Al día siguiente las tornamos criticas, insidias, murmuraciones. Dentro de unos días serán acusaciones, condenas. ¡Qué poca gente hay cabal, de una pieza!.
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