domingo, 11 de septiembre de 2016

VIVIMOS PARA LA ALEGRÍA Y EL CARIÑO



El evangelio de este domingo de LUCAS 15, 1-32, contiene tres parábolas, la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo prójimo. Las enseñanzas son muchas. Nosotros queremos destacar hoy una: la enviada es un mal que nos hace daño. Nos carcome. Frente a ella, aprendamos a practicar el cariño la acogida y la alegría.

Todos somos esenciales para Dios, todos somos parte de un único Dios que quiere abrazarnos a todos. Por eso cuando alguien se separa de Dios, falta esa parte y todos sufrimos su ausencia. Os proponemos practicar la alegría del encuentro con todos, aunque “no sean de los nuestros”, especialmente con éstos.

Cuando a alguien le va bien, hay quien se enoja, tiene enviada y está rabioso. ¡Qué pena! Todo lo bien de los demás, es también bien nuestro. Aprendamos a alegrarnos del bien de los otros. No hagamos como el hijo mayor de la parábola que se enfurece porque el padre acoge al hijo descarriado.

¿A qué nos conduce la enviada? A vivir malhumorados. Ya está bien de caras largas. Es el tiempo del cariño y la alegría. De todos a todos. Vivimos para amar.

Lo decía el papa Francisco al comentar el evangelio del viernes pasado señalando en qué consiste evangelizar: se trata de vivir con el otro, de tal forma que se asombre y pregunte y entonces se pueda ya hablar de Jesucristo.


En el siguiente video te invitamos a servir, acoger, acompañar, a dar un sí alegre a la vida. Feliz domingo. Hoy vamos a pedir al Padre Caffarel que nos ayude a ello. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario