El periodista John
Paul Flintoff, autor del libro Cómo cambiar el mundo (B de
Books) y profesor de The School of Life, ha estudiado el asunto con
detenimiento y ha llegado a la conclusión de que existen 10 ANT principales,
que todos sufrimos en un momento dado, y las ha compartido en The Guardian.
Nuestro bienestar depende en gran medida de que aprendamos a identificar estos
pensamientos perniciosos y logremos relativizar su importancia.
1. Pensar sólo en blanco y negro
Estas ANT no dejan lugar a los
grises, si algo malo ha ocurrido es sólo por tu culpa, y no hay solución: “He
fallado por completo”, “cualquier otro podría hacerlo”, “esto sólo me pasa
a mí”…
2. Leer la mente de otras personas
Estamos acostumbrados a
castigarnos por lo que piensan otras personas de nosotros o nuestros actos,
cuando en realidad es imposible que sepamos lo que piensan. Pensamientos tan
comunes como “creen que soy aburrido” o “piensan que soy un
torpe” son ANT en toda regla.
3. Adivinar el futuro
El complejo de adivino está
detrás de numerosas ANT. Pensamos que el futuro va a desarrollarse de tal o
cual manera, cuando en realidad no tenemos ni idea. “No tiene sentido
intentarlo”, nos decimos. “No va a funcionar”. Un pensamiento negativo
muy frecuente y que lleva al inmovilismo.
4. Generalizar
Otro de los pensamientos
negativos que todos hemos experimentado en una ocasión. Sin pararnos a pensar,
pensamos que, si algo ha pasado una vez, volverá a repetirse. “Siempre
pierdo las gafas de sol, así que las volveré a perder”, decimos. Puede
ser, pero también puede que nos duren toda la vida.
5. Minimizar las cosas positivas
Ni cuando nos ocurre algo
bueno estamos contentos. “Sí, me ha salido bien el examen, pero
cualquiera puede hacerlo mejor”. Vale, es cierto, siempre hay alguien mejor
que nosotros, pero no hay razón para minusvalorar las cosas que hacemos
bien.
6. Dramatizar
Hacerse la víctima, y crear
melodramas innecesarios, es también algo muy propio de los pensamientos
automáticos. “No encuentro mi bolso. Me estoy haciendo vieja”. ¿Cuántas
veces hemos oído una frase como esta a nuestras madres o abuelas? No existe una
relación causal en esa afirmación, pero aun así nos lo creemos.
7. Tener expectativas poco realistas
Todos tenemos un límite, y
aunque pensar que no lo tenemos puede ser positivo para alcanzar determinadas
metas, también puede ser contraproducente. ¿Cuántos deportistas o conductores
han pensado “tengo que seguir, aunque esté agotado” y han acabado
lesionándose o en la cuneta?
8. Insultar, a nosotros mismos y al resto
Dado que los ANT son mensajes
telegráficos y específicos muchas veces, demasiadas, aparecen en nuestra mente
en forma de insultos: “soy un inútil”, “mi compañero es imbécil”,
“mi jefe es tonto”… Todos caemos en este juego día sí y día también, el
problema es que, en muchas ocasiones, nos creemos lo que pensamos, y acabamos
tratándonos a nosotros mismos o a los que nos rodean de forma acorde al insulto
que les estamos dedicando.
9. Autoculparse
Aunque la mayoría de
nosotros tendemos a culpar al resto de nuestros errores, hay personas que se
culpan de todo, incluyendo cosas sobre las que no han tenido ninguna
responsabilidad. “Parece enfadada, seguro que es por mi culpa” es
una frase que ha acabado con numerosas relaciones.
10. Ser catastrofista
Una de las ANT más extremas, y
más propias de las personas que acaban padeciendo depresión, se caracteriza por
pensar que todo lo que nos rodea va acabar mal. Lo triste es que, si entramos
en ese círculo vicioso, pensaremos realmente que todo nos va mal, y al
final, tendremos razón.
Autor : Miguel Ayuso
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