Es posible que tengas una preocupación que te
está tocando a cada momento en tu mente. Una enfermedad, una situación familiar
que no sabes cómo resolver, una relación de amistad que ves que se apaga, tu
propia pareja que la notas rara últimamente, tu presencia en los equipos . No sé.
Cualquier otra situación personal que estás viviendo, que estás sufriendo. Es
una situación que repiquea continuamente, que te hace sentir incómodo, malhumorado,
triste, inquieto. Y te gustaría solucionar. Hacerlo cuanto antes. Tomar una
decisión. Pero no lo tienes claro, te genera muchas dudas. Y estás ahí como un
ovillo, atando y desatando, lo que hoy ves claro, mañana lo ves oscuro. Y ahí
estás un día y otro día.
Quizás no sea fácil, quizás no tenga
solución, quizás la solución que tenga no la quieras, quizás la solución que
tenga no te atrevas.
Déjalo estar. Apártate un poco del problema,
sepárate de él. Tú eres más que ese problema. Déjalo un tiempo. Ponle distancia.
Ya vendrá la solución. No es hoy, ni es este el momento para tomar la decisión.
Ponle distancia, tú no eres ese problema, tú
estás por encima de ese problema. Ya vendrá la solución. Ya se arreglará. No te
angusties. Déjalo. Vive cada momento, olvídate por un tiempo de ese problema.
Porque es posible que desde la distancia
encuentres mejor la solución.
H y MN
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