viernes, 7 de agosto de 2015

LEEMOS AL PADRE CAFARREL



ESTO NO ME APORTA NADA[1]

“Esto no me aporta nada” me dice, a veces, con un tono más o menos amargo, alguien de un equipo veterano. Esta frase me desconcierta tanto que, de momento, me siento como inhibido. Esto es lo que me ha ocurrido aun hoy.

Cuando mi visitante se ha marchado, la frase se me ha quedado clavada como una astilla. Me hubiera gustado tener algo que responderle. Me he preguntado cómo reaccionaría si un monje benedictino anciano me dijera que la vida monástica no le aporta nada más, si un carmelita o un casado me hablara con el mismo lenguaje.

Realmente, les diría ¿has entrado en el monasterio, en el Carmelo, en el matrimonio para que ello te “aporte”? Entonces hay un mal entendido de partida. Un corazón bien nacido se compromete, no para recibir primero sino para dar, para estar obligado a darse. Convento, matrimonio, en los comienzos pueden llenar – ¡por lo cual se les felicita! Pero eso no es lo esencial. Al pasar lo años ofrecen lo mejor: su exigencia, la obligación de no cesar de dar nunca, de darse, de renunciar a sí mismo. Y esto es muy bueno para el que ama y es muy insoportable para el que se ama.

Ahora veo mejor lo que habría podido responder a mi visitante: Es cierto que en los Equipos de Nuestra Señora no se compromete uno para toda la vida. Que eres completamente libre para retirarte de ellos. También que me guardaré mucho de incitarte a quedarte en ellos. Pero eso de que no te aportan nada más no es necesariamente el signo para que debas dejarlos. Puede que sea ahora cuando el equipo te preste el mejor servicio, ayudándote a crecer en la caridad. Por otra parte la cuestión no es saber si esto te “aporta” o no, sino de buscar la voluntad de Dios.

Sea como sea, bien que te quedes o que te vayas, hazlo con amor y con alegría, y por docilidad a la voluntad de Dios. Pero no con un corazón huraño y arisco por el que se reconoce que un hombre envejece mal o que una mujer no sabe amar.

H. C.



[1] LETTRE MENSUELLE DES EQUIPES NOTRE-DAME, Juin 1962,  XV/9

No hay comentarios:

Publicar un comentario