sábado, 21 de agosto de 2010

ME DOY PERMISO de JOAQUIN ARGENTE



Me doy permiso para
equivocarme no una sola vez sino todas cuantas
veces me suceda.
Me doy permiso para equivocarme y no sentir que
por un pequeño o gran error el mundo va hundirse
en torno mío.
Siempre hay segundas, tercera, cuartas … y muchas
más posibilidades.
¡ Fuera las ideas de errores irrevocables !

Me doy permiso para
no estar explicando todo lo que hago,
aunque les parezca extraño a los demás.
Me permito no estar justificando mi
existencia ante padres, marido o mujer,
hijos, amigos o compañeros de trabajo.
Me permito callar y disfrutarlo.

Me doy permiso para
no precipitarme ni dejarme presionar por mi pareja,
mis hijos, mi jefe o por quienquiera que sea.
No soy una persona torpe.
Mi torpeza en muchas ocasiones ha sido producto
de la urgencia y la presión a la que me he dejado
someter.
No más miedo, no más torpeza: destreza, belleza y
seguridad.

Me doy permiso para
gozar de buena salud, de plena salud.
Decido no provocarme dolores físicos ni
enfermedades leves o graves para poder aminorar
mi ritmo de vida sobrecargado.
Soy adulto y capaz de autorregularme. No son las
figuras exteriores las que deciden por mí.
Me doy el descanso necesario, los alimentos, las
pausas, el sueño y todo lo necesario para gozar de
buena salud.
¡A mi salud y a la tuya!
¡Larga vida con buena música!

Me doy permiso para
No estar hipersensible a las críticas cuando me
dicen que no sé hacer algo.
No he nacido para saberlo todo: ni es posible saber
acerca de todo.
Los que afirman que no sé hacer una u otras cosas
concretas, despiertan mis antiguos sentimientos de
insuficiencia inculcados en la infancia.
Ahora doy por terminados esos
sentimientos de no ser suficiente:
nadie es omnipotente ni omnisciente.
y es mejor así.

extracto del libro
Me doy permiso para ….
De Joaquín Argente

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