Hemos leído:
Pero no con la seriedad de
un semblante sombrío, ni con falta de alegría. Vivir –o tomarse la vida– en
serio, es saber que nuestro tiempo es valioso. Que es mejor amar que odiar, y
es mejor dar(se) que ahorrarse para nada. Es elegir algunas causas por las que
dejarse la piel, batallas que te quiten el sueño, que te suban al cielo, que te
arranquen sonrisas y te llenen de anhelo. Hay tantas facetas en cada historia
donde podemos ponerlo todo en juego: el estudio, el trabajo, el amor, la
familia, el cansancio, el descanso…
Y añadimos:
Porque vivir es entregarse,
desgastarse, implicarse. Vivir también es sufrir porque el dolor va unido a la
vida. Pero no es quedarse en el sufrimiento, sino aceptarlo para superarlo.
Porque vivir es salir de
nuestro mundo personal y dejar que los demás se acerquen. Más aun. Es acercarme
yo a ellos y sentir la presencia del otro.
Porque vivir es también enfangarse
en los problemas de los demás. Porque
nadie nos puede ser indiferente.
Porque vivir es vibrar, es
sentir, es amar.
Para los equipistas vivir es
hacerlo a dos, ambos –hombre y mujer- porque hemos querido hacer el proyecto
vital juntos. Confiando en Dios.
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