Confía en Dios. Quita el miedo. Todo madura a su tiempo. |
El amor no puede ser un
sucedáneo, un leve afecto, ni una conveniencia.
Es mejor amar del todo,
aunque te rompas mil veces. Es mejor comprometerse con alguien, dejar que entre
en tu intimidad, apoyar la cabeza en su hombro, dejarte abrazar en esas noches
oscuras que todos tenemos.
¿Por qué amar a medias, si
hemos sido creados para amar con locura?
¿Por qué mantener una
distancia de seguridad respecto al prójimo, que puede ser hermano, vecino,
compañero de camino, padre, hijo, enamorado, amigo?
Mejor amar. Aun a riesgo de
padecer. Sí. Porque es inevitable padecer. Porque es muy difícil prescindir del
ego.
Amar de verdad es donarse
entero, sin esperar nada, sin querer recibir nada. Amar es pura esencia. Amar
es ser. No es más. Es dejar tantas adherencias que nos piden recompensas. Porque
quien ama entero su recompensa es el mismo ser. No hay más. Eso es todo. Dios
es el que es. No podemos decirlo de mejor manera.
Los miembros de los equipos
vivimos en matrimonio porque confiamos en el sacramento, porque sabemos dejarnos
llevar por Dios, porque confiamos en Nuestra Señora de los Hogares.
De la amo de Dios no podemos
tener miedo. Porque el amor no es miedoso.
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