Cuece tus pensamientos en el horno del silencio |
Tomarse en serio a uno mismo es saber mirarse, con ojos
limpios, en el espejo de la vida. Es reconocer la debilidad pero sin sucumbir a
ella. Es enamorarse. Es complicarse los días. Es tropezar, y volver a
levantarse las veces que haga falta. Es no cerrar la mente a las grandes
preguntas que nos enfrentan con el amor, la muerte, y con el mismo Dios.
Es reconocer que me voy a
equivocar muchas veces, pero tener la humildad suficiente para saber
reconocerlo.
Es darme cuenta que Dios me
quiere, que me ha elegido, que siempre está ahí para lo que yo quiera, que Él siempre
me ama.
Es aceptar que puedo estar
desorientado, que puedo herir, que puedo ser indiferente, pero que siempre
tendré la oportunidad de cambiar el rumbo.
Es darme cuenta que Dios no
me pide nada que yo no quiera dar, que lo que Él me pide es aquello que yo puedo
dar.
Tomarse en serie es reconocer
que cada uno de nosotros somos personas únicas e irrepetibles. Que lo más
grande lo hemos recibido gratis y gratis hemos de darlo: la propia vida.
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