Comiendo en la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso |
No tuviste otra opción. Y
tampoco ellos.
Perdón instantáneo, cuando
estés listo.
Debido a todo aquello por lo
que estabas pasando, cómo te sentías en ese momento, los pensamientos que
pasaban por tu mente, lo que creías en ese momento, los lentes a través de los
cuales veías el mundo, el miedo y el dolor que estabas tratando de resolver;
debido a las heridas que no habían sanado aún, las visiones que aún no te
llegaban, la información que te hacía falta en ese momento, los horizontes que
aún no se aclaraban… no tuviste otra opción que actuar como actuaste, decir lo
que dijiste, hacer lo que hiciste, elegir lo que elegiste, y ellos tampoco.
Todos hicieron lo mejor que pudieron, de acuerdo a lo que pensaban que eran en
ese momento. Es sólo en retrospectiva que pareció que había otra elección, y
eso es lo que nos vuelve locos.
No se trata de aprobar lo
que pasó, por supuesto, o encontrar excusas, ni tampoco debe ser utilizado para
justificar cualquier tipo de violencia que haya surgido. Esta reflexión está
dedicada únicamente al verdadero perdón, en el aquí y el ahora, a la posibilidad
de dejar ir y seguir adelante, de salir de la limitada y dolorosa creencia de
que el pasado pudo haber sido diferente, y re-dirigirnos al sitio en donde el
verdadero cambio y la reconciliación puede darse, en tu sitio de verdadero
poder: el momento presente, inmediato, vivo y completo en sí mismo,
independientemente de lo que haya sucedido en el pasado.
Y si no puedes perdonar en
este momento, si no eres capaz de escuchar este mensaje ahora, si tu alineación
parece imposible, también estás perdonado. Honra el sitio en donde te
encuentras, amigo. Honra el sitio en donde te encuentras. Estás haciendo lo
mejor que puedes.
Jeff Foster
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