(Trad. de la Carta francesa 160/XIII/4)
Después
de 48 horas, una vez más, hemos vivido una gran experiencia de vida fraterna.
Esta fraternidad que experimentamos en todos los escalones, equipo, sector,
encuentros regionales, no revela su riqueza mejor que en los encuentros
internacionales.
Cada
vez que se traspasa una frontera, tenemos la impresión de un maravilloso
ensanchamiento del alma.
Esto
que ya es así en el plano humano, es aun más real en el plano cristiano. Hay en
lo más profundo de nuestro ser de bautizados, el sentido, el deseo, el gusto de
lo universal. Se vuelve a encontrar, en el corazón de cada cristiano, la
aptitud de la Iglesia para agrupar en su seno a personas de todas las razas, de
todas las lenguas, de todos los colores, de todas condiciones.
"Que
sean uno". Esta era la consigna de Cristo en la hora más solemne de su
vida. San Pablo, unos años más tarde, se hacía eco de ello en un admirable
pasaje de la epístola a los Gálatas: "Sois hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús. En efecto, vosotros que habéis sido bautizados en Cristo, os
habéis revestido de Cristo. Ya no hay griegos ni judíos, esclavos ni libres. Ni
hombre ni mujer. Sois uno solo en Cristo".
Esto
es la Iglesia católica el lugar de este encuentro universal.
Y
la ambición de nuestro Movimiento es ayudar a sus miembros a vivir esta gran
fraternidad en Cristo y en la Iglesia.
No
se entiende que haya una iglesia dentro de la Iglesia, sino un grupo que
permita a los hogares de cualquier parte en la Iglesia, conocerse, amarse,
unirse para alabar a Dios y proclamar su amor.
He
aquí como he entendido siempre los Equipos de Nuestra Señora. Esa es la
esperanza que ha presidido su fundación.
Comprender
mi decepción cuando he oído a un equipier
decir: "¿Qué quiere que haga, que aprenda por la Carta mensual que
un equipo comienza en California? Aunque este equipier practique a la
perfección las obligaciones de la Carta, os digo que no ha comprendido nada de
los Equipos de Nuestra Señora.
No
os extrañéis que el Centro rechace con fuerza cuando surgen tendencias
particularistas en el Movimiento. Cuando se quieren levantar vallas o tabiques.
Queremos
que los hogares de cualquier medio social, de cualquier nación, de cualquier
cultura, sean del color de piel que sean, se sientan en su casa en los Equipos
de Nuestra Señora.
Es
dentro de este espíritu que nos oponemos
a los que querrían modificar las estructuras y los métodos porque, dicen, se
corresponden mejor a la mentalidad propia de su región o de su país.
El
día en que cada país, cada región, adoptara estructuras y métodos propios, no
se tendría un solo Movimiento sino tantos Movimientos como países, y las
Jornadas de Responsables de equipo verían llegar a cada delegación bandera al
frente o, más grave aún, patriotería en el corazón.
De
hecho, los hogares de Essen en Alemania y los de Los Ángeles en California, los
hogares blancos y los de color de Isla Mauricio, los hogares de Europa y los
hogares de América, por extraordinario que parezca, se encuentran muy bien con
las estructuras y los métodos del Movimiento, se sienten contentos con ellos.
Esto
no es extraño: en el plano de la espiritualidad no hay fronteras.
Sé
que me comprendéis y que os alegrará la lectura de unos pasajes de dos cartas
de un misionero de Japón.
La
primera la hemos encontrado al regreso de Roma. Decía: Vuelto a mi centro
misionero os envío un saludo alegre. Estamos trabajando en la traducción al
japonés de la Carta y de otros documentos de los ENS. Durante este tiempo he
comenzado con un grupo de hogares de mi parroquia. En julio tendré ocasión de
hablar del Movimiento, en una gran reunión, a un grupo de sacerdotes y de
laicos a fin de que se conozca también en Japón. Debemos tener de aquí a
entonces todo traducido... Queremos estar, aquí, en plena unión con el Centro,
aunque estemos alejados".
Nueva
carta, hace unos días: "El 23 de Octubre hemos tenido nuestra reunión. En
esta comunidad de hogares se sentía que el
Señor estaba en medio de nosotros. El primer equipo, que cuenta con
cinco hogares, está en marcha en Japón. Personalmente tengo la firme convicción
de que otros muchos seguirán".
En
la época de la "globalización del mundo" ¿no hace falta que los
cristianos sean los primeros en querer la unidad?
HENRI
CAFFAREL
Que los Equipos sean una familia donde caben todos, que las estructuras no ahoguen, que nadie quiera ir por libre, que el carisma propio no se pierda, somos un Movimiento de espiritualidad conyugal en el que es esencial la presencia de los sacerdotes. Recordarlo con textos del Padre Caffarel nos hace muy bien..Setarcos
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