poner amor es la clave para combatir el dolor |
Domingo III Tiempo
Ordinario
Evangelio de
Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se
marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
— Se ha cumplido el plazo, está cerca el
Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio
a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en
el lago.
Jesús les dijo:
— Venid conmigo y os haré pescadores
de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo
siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago,
hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las
redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y
se marcharon con él.
Este evangelio viene a hacer
dos llamadas, nos formula dos recuerdos, nos invita a dos actitudes.
La primera, es cuando nos
dice que el Reino de Dios está cerca, convertíos y creed la buena noticia. Es
un anuncio para cada uno de nosotros. Nos dice que el Reino de Dios ya está
aquí. Para descubrirlo tenemos que creerlo. Es el Reino de la proximidad, el de
la hermandad, el del amor. ¿Está aquí? Sí. Está en cada uno de nosotros. Es un
don que tenemos todos, nacemos con él. Porque somos capaces de hacer realidad
ese Reino cuando nos aproximamos a la gente, cuando sentimos que el otro es mi
hermano y no alguien extraño, cuando amamos. De mi y de ti depende que hagamos
realidad ese Reino. Sabiendo también que es posible que vayamos por otro
camino, que es el camino que nos hace daño, es el camino del mal. Podemos optar
por uno o por otro. Nosotros nos apuntamos al Reino de Dios porque creemos en
el amor. ¡¡Vamos a hacerlo realidad!!
La segunda llamada es a los
primeros discípulos. Y ahí hay también una llamada a cada uno de nosotros.
¿Para qué? Para creer en el Reino de Dios que ya se nos ha dado como don. De esta
forma, esta llamada personal nos recuerda que no se trata de esperar, se trata
de vivir amando.
Todo lo anterior no solo son
palabras bonitas, son realidades realizables, porque sabemos y conocemos que
hay personas, muchas personas, que hacen realidad ese Reino. Sabemos también
que hay otras que parece que están presas del mal. No entendemos por qué. No
sabemos por qué alguien es capaz de odiar tanto. Es un misterio que no podemos
resolver. Pero sí sabemos una cosa, amando eres feliz, odiando eres un
desgraciado. ¿Qué opción tomas?
Opción del amor desde niños y para siempre. Día Infancia Misionera |
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