Consuelo Martín
Para dar paso al silencio
tenemos que dejarlo todo. Nos parece que nos quedamos en silencio y no
encontramos ahí nada, porque estamos esperando encontrar sensaciones, emociones
e ideas. Soltando las sensaciones agradables y desagradables, las emociones
positivas y negativas y toda clase de ideas o juicios, me abriré al silencio
desconocido. Dejaré de dar realidad a ese mundo hecho de ideas y descubriré la
realidad que me realiza en el silencio creador. Simplemente dejaré lo conocido
para abrirme a lo desconocido.
No buscaré nada, porque todo
lo que busque lo buscaré a través de ideas. No me esforzaré en nada, porque
todo esfuerzo supone la idea de un yo que quiere afirmarse. Dejaré que las
cosas sean lo que son, que las sensaciones aparezcan y desaparezcan en la
superficie de mi conciencia, que los pensamientos atraviesen mi mente pensante.
Y me mantendré sin nada, a la expectativa de lo real desconocido, despierto,
alerta a este instante de conciencia lúcida. La plenitud está en lo real y lo
real sólo aparece en este instante presente.
Escucho el silencio, y al
escuchar se borran los pensamientos, los recuerdos, las experiencias pasadas y
las deseadas para el futuro. Este silencio lo borra todo. Y el cristal de mi
mente queda limpio, transparente para reflejar la luz. El silencio suaviza
todas las estrías puntiagudas del psiquismo egocentrado, deshace todos los
nudos emocionales haciendo desaparecer la angustia y la preocupación de la
ambición y el miedo. Escucho el silencio y me descubro libre, libre desde
dentro, libre para vivir la plenitud que soy.
Cuando ya no busco ninguna
alegría en particular me encuentro con la alegría total, cuando ya no busco
ninguna satisfacción, descubro la felicidad plena. La presencia de lo real se
empieza a sentir en la paz de este silencio. Permanezco así, lúcido, escuchando,
contemplando y el silencio se va creando y me va creando. Descubro esa plenitud
desconocida en la quietud callada de mi conciencia despierta.
Bendito silencio...ahí es donde está la esencia...en el silencio descubro el ser...todo lo demás es accidental y perecedero, como lo son los pensamientos, los sentimientos, las ideas...en cambio en el silencio descubro lo eterno..Setarcos
ResponderEliminarCuando vacías la mente de pensamientos te sitúas en la "Nada" (en ese momento no hay "nada" en tu mente, no hay pensamientos). Ese es el "lugar" de tu mundo interior en el que reside el poder de la Creación de Dios, donde reside el poder de tu naturaleza creadora y el lugar donde Dios y tú mismo te haces Uno con Dios.
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