Comenzamos una serie de lecturas teresianas. Va la primera, que tomamos del libro
"Camino de Perfección", capítulo 2, número 1:
No penséis, Hermanas mías, que, por no andar en contentar a los del
mundo, os ha de faltar de comer, os lo aseguro. Jamás por artificios humanos
pretendáis sustentaros, que moriréis de hambre y con razón. Los ojos, en
vuestro esposo. Él os ha de sustentar. Contento Él, aún vuestros menos devotos,
aunque no lo quieran, os darán de comer, como lo habéis visto ya por experiencia.
Si, haciendo vosotras esto, muriereis de hambre, ¡bienaventuradas las monjas de
San José! Esto no se os olvide, por amor del Señor. Pues dejáis la renta, dejad
también el cuidado de la comida. Si no, todo va perdido. Los que quiere el
Señor que la tengan, tengan enhorabuena esos cuidados, que eso es mucha razón,
pues es su llamamiento. Pero nosotras, Hermanas, es disparate.
Saludos
cordiales.
Jose Luis y Sofía
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