El arzobispo Blázquez y Romero Caramelo, presidente de la
ACdP
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Los días 14, 15 y 16 de noviembre
ha tenido lugar en Madrid el XVI Congreso Católicos y Vida Pública con el
título ‘La familia siempre: desafíos y esperanza’, organizado por la Asociación
Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Damos a
conocer el MNIFIESTO final del Congreso que dice lo siguiente:
MANIFIESTO
La familia siempre: desafíos y esperanza
La Asociación Católica de
Propagandistas y su obra la Fundación Universitaria San Pablo-CEU organizadoras
de los Congresos “Católicos y Vida Pública”, al término del Decimosexto
Congreso titulado “La familia siempre. Desafíos y esperanza” quiere manifestar
que ha sido la situación actual que hoy vive la institución familiar en el
ámbito de lo social, cultural, político, económico y religioso, lo que nos ha
llevado a elegir “la familia” como tema central de este Congreso, con la idea
de analizar los problemas a los que se enfrenta y el deseo de ofrecer
propuestas generadoras de esperanza.
Tras la conclusión del Congreso,
manifestamos lo siguiente:
PRIMERO
Afirmamos que la familia es la
unión y comunión de dos personas, hombre y mujer, comprometidos en el proyecto
de formar un hogar donde brote el don de la vida a través de los hijos. Es en
la familia donde se quiere a la persona tan sólo por ser, y por ello es la
principal institución que garantiza el soporte de los miembros más
desfavorecidos o dependientes: niños, discapacitados, mayores o, como ocurre
hoy en día, los desempleados.
SEGUNDO
Reconocemos a la familia como la
principal escuela de humanidad donde los padres son los primeros responsables
de la educación de sus hijos, transmisores de principios, valores y virtudes.
Se ha de facilitar este derecho-deber educativo de los padres, para que estos puedan
elegir los centros docentes cuyo ideario garantice también la formación
religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
TERCERO
Denunciamos la intromisión del
Estado en la educación afectivo-sexual de los niños y jóvenes, mediante la
infiltración en los ámbitos educativos de la "ideología del género",
que pretende diseñar la sexualidad y su ejercicio al margen de los referentes
de la antropología adecuada e integral.
CUARTO
Hacemos nuestras las palabras del
Papa Francisco cuando dice que “El aporte indispensable del matrimonio a la
sociedad supera el nivel de la emotividad y el de las necesidades circunstanciales
de la pareja” (Evangelii Gaudium, 66) Por ello, denunciamos la falta de
políticas familiares justas y adecuadas en nuestra sociedad, donde prima una
concepción materialista que excluye de la vida social la búsqueda de los valores
y dimensiones de trascendencia propias del ser humano. Es evidente que la
familia necesita una atención prioritaria por parte de los gobiernos, las administraciones
e instituciones públicas en el marco de su defensa y necesidades como son: la
conciliación trabajo-familia, la protección de la vida y la educación.
Todo lo cual nos lleva a exigir
de las administraciones públicas lo siguiente:
1. Legislaciones para la familia
congruentes con su verdadera identidad.
2. Políticas sociales de ayudas a
las familias con especiales dificultades, como la viudedad, la separación conyugal,
la discapacidad, ancianidad o enfermedad de alguno de sus miembros.
3. Una política laboral que
permita a los matrimonios jóvenes afrontar el futuro con seguridad, a las mujeres
ser madres, a los hombres ser padres y tanto a madres como padres, cuidar de
sus hijos y dedicar tiempo a la convivencia familiar.
4. Leyes que defiendan la vida
del no nacido desde el mismo instante de su concepción hasta el momento de su
muerte natural.
Ante los graves problemas a los
que se enfrentan hoy en día las familias, queremos manifestar nuestra admiración
por la fidelidad generosa de tantos matrimonios que viven estas pruebas con
fortaleza, entrega, fe y amor. Así como por el testimonio de unión y ayuda
mutua que demuestran cada día, abuelos, hermanos, tíos y primos, toda la
familia.
Queremos también expresar nuestra
cercanía y comprensión a las familias desunidas y rotas, cuyos miembros sufren
con frecuencia la falta de confianza y apoyo.
Dios mismo, en su Trinidad Santa,
se nos ha revelado como familia de amor, y hemos comprendido que el matrimonio
y la familia son la imagen del amor de Dios. Así nos lo recuerda el Papa
Francisco en sus catequesis: “cuando un hombre y una mujer celebran el
sacramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos,
imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor”.
Recurrimos a la intercesión de la
Sagrada Familia de Nazaret para que la Iglesia en España, y en todas las naciones
de la tierra, pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio
de la familia”.
Madrid, domingo 16 de noviembre de 2014.
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