Queremos acabar esta
serie de testimonios sobre la JORNADA DE FORMACIÓN EQUIPOS EN EL MOVIMIENTO, VOCACIÓN Y MISIÓN, celebrada los días 8 y 9 de noviembre en La virgen del Camino, con dos fotografías.
La primera refleja la
vida del equipo: un grupo de matrimonios y su consiliario que quieren compartir
la vida. Ahí unidos, abrazados. Es la mejor forma de practicar la ayuda mutua.
Viene a ser la respiración, en su fase de inhalación, que nos
hace vivir. Nos llenamos cuando compartimos la vida. Es el alimento
imprescindible para seguir con fuerzas. Ahí en el medio está Dios. Acurrucados. Recogidos, Dándose calor.
La segunda fotografía viene
a ser la consecuencia natural de la primera. Nos unimos para amarnos, pero no
podemos quedarnos ahí. Es necesario llevar ese amor a los demás. Por eso nos damos la mano. Para
que ese amor no se quede solo en nosotros. Hay que compartirlo. Somos
portadores del amor de Dios. Sería la segunda acción de la respiración, la
exhalación. Para compartir. Porque un amor que no se comparte se consume, se
debilita y se pudre.
Hemos vivido dos
días de intensa participación, hemos estado muy a gusto, la casa estaba caliente,
nosotros nos entendíamos, hablábamos el mismo lenguaje, notamos la presencia de
Dios en los que estaban con nosotros…¡qué bien se estaba! Pero esto es solo la
primera parte. Esto es el equipo. Esto es la vida del equipo. Tenemos que ser
capaces de llevar lo que hemos sentido a nuestra vida de cada día. Que los
demás se pregunten: ¿qué tienen estos que tanto se aman? La presencia de Dios
en nosotros: lo sentimos, lo vivimos, lo compartimos. Eso es ser de equipos.
Gracias a todos, los
organizadores, los formadores, los asistentes, los que han rezado para que todo
saliera estupendo. ID Y VIVIDLO.
Un abrazo
Herminio y Mª Nieves
No hay comentarios:
Publicar un comentario