No hay que estarse quietos
O, dicho de otro modo, conviene estar inquietos. Inquietos
significa en marcha, en movimiento, por dentro y por fuera. Hacia
algún sitio. Ocurre que, si no, uno se va atrofiando, y la vida se te va
poniendo un poco como a cámara lenta. Dejas de soñar, y dejas de imaginar
posibilidades. Dejas de desvelarte, por la noche, porque ya nada te preocupa lo
suficiente. Así que, nada de quietud excesiva. Nada de sesteo vital. Dios no
pide demasiada quietud, sino que, una y otra vez, invita a los suyos a ponerse
en movimiento. Hacia el prójimo, hacia el mundo, hacia Él mismo.
pastoral sj
Sestear, ir dormidos por la vida es dejar de vivir las enormes posibilidades que acunamos. Ir por la vida como sin fijarnos por donde vamos. Y siempre a nuestro lado hay un hermano que no puede ser invisible. Setarcos
ResponderEliminar